Enrique Benavent, otro valenciano “hasta la médula” es el nuevo arzobispo de Valencia

Enrique Benavent es el nuevo arzobispo de Valencia. Un valenciano de Quatretonda, una localidad del interior, situada en el Valle de Albaida.Toma el relevo de otro valenciano de Utiel, el cardenal Antonio Cañizares, que deja su cargo cuando apenas le quedan cinco días para cumplir los 77 años. De esta manera el Papa jubila al purpurado cuando han pasado dos años después de presentar la preceptiva renuncia.



“Quiere su tierra hasta la médula”, explican quienes conocen al hasta ahora obispo del diócesis catalana de Tortosa. Y es precisamente ese conocimiento directo de su pastoreo por parte del presidente de la Conferencia Episcopal Española, Juan José Omella, el que habría sido definitivo para la vuelta de Benavent a casa.

Decisión estratégica

De hecho, de Benavent se espera un proyecto de largo recorrido, en tanto que llega con 63 años la archidiócesis metropolitana, lo que le permitiría pasar más de una década de pastoreo. Así, la decisión de confiar en él no sería menor, en tanto que se trata de uno de los territorios eclesiásticos con un mayor núcleo de población, solo por detrás de Madrid. Precisamente el predecesor de Cañizares, Carlos Osoro es hoy el cardenal arzobispo de la capital española.

Doctor en teología, puede presumir de haber sido ordenado sacerdote por san Juan Pablo II, una celebración extraordinaria que tuvo lugar el 8 de noviembre de 1982, durante el primer viaje de Wojtyla a España. En sus comienzos, alternó el trabajo a pie de obra en parroquias de Alcoy con las clases de religión en un instituto. A partir de ahí, se confió en él como formador del seminario y docente universitario.

El teólogo abierto al sano debate

Especialista en teología dogmática, atesora experiencia de gestión como decano-presidente de la Facultad de Teología “San Vicente Ferrer” de Valencia. Con estos precedentes, los obispos confiaron en él en marzo de 2020 para que presidiera la Comisión Episcopal para la Doctrina de la Fe, un tiempo en el que el departamento que antaño se identificó como un brazo censor para los teólogos, hoy es punto de encuentro para un sano debate del hecho religioso gracias a su talante dialogante, sin renunciar a expresar con claridad su posicionamiento ante cualquier materia.

Como obispo se estrenó de la mano de Agustín García-Gasco al ser nombrado en noviembre de 2004, por lo que estuvo inmerso en la preparación del viaje de Benedicto XVI a la ciudad en 2006 con motivo del Congreso Mundial de las Familias y también trabajaría mano a mano después con Osoro. Fue en mayo de 2013, cuando recién llegado Francisco a Roma, hizo las maletas para pastorear Tortosa.

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