De fundar la filial de Al Qaeda en Somalia a ser el nuevo ministro de Asuntos Religiosos en busca de la “reconciliación”

  • En 2013, Mukhtar Robow desertó de Al Shabab y, en 2017, denunció los crímenes del grupo yihadista
  • Encarcelado desde 2018, ahora fortalecerá la lucha contra los islamistas en todo el país
  • Giorgio Berti, administrador apostólico de Mogadiscio, ve esta nueva etapa con esperanza y cautela

315 personas asesinadas en el atentado múltiple en Somalia el pasado 14 de octubre 2017

El primer ministro de Somalia, Hamse Abdi Barre, busca fomentar la “reconciliación” en Somalia, devastada por la sequía, la pobreza, la guerra civil que desde 1991 dividió al país en pequeñas fracciones étnicas y la amenaza islamista, con Al Shabab, filial local de Al Qaeda, sembrando el terror con todo tipo de atentados sangrientos. Precisamente, al nombrar un nuevo gabinete conformado por 25 ministros, el dirigente ha encargado el correspondiente a Asuntos Religiosos a Mukhtar Robow, quien fuera cofundador, número dos y portavoz de Al Shabab.



Un gesto audaz y sorprendente con el que Hamse Abdi Barre ha recuperado para la primera línea política a quien en 2013 desertó de Al Shabab y, en 2017, denunció los crímenes del grupo yihadista y se entregó a las autoridades. Gesto que no impidió que fuera encarcelado en 2018 por sus responsabilidades al haber impulsado un grupo terrorista.

El bastión de Bakool

Ahora, según apunta el diario local ‘Puntland Post’, tras salir de prisión y entrar en el Gobierno al que durante muchos años hostigó violentamente, Robow tendrá como tarea principal fortalecer la lucha contra los islamistas en todo el país, pero, principalmente, en la región de Bakool, de la que él es originario y que está considerado como uno de los grandes bastiones de la milicia.

El propio presidente de la República, Hassan Sheij Mohamud, elegido hace solo tres meses y quien ya fuera presidente entre 2012 y 2017, ha declarado estos días que la lucha contra el terrorismo será el eje de su acción, buscando que la ola de seguridad se extienda a toda la región del Cuerno de África.

Un país sin apenas cristianos

Precisamente, la elección de Mohamud fue recibida como un signo de esperanza por Giorgio Berti, arzobispo de Yibuti (país vecino) y administrador apostólico de Mogadiscio, capital somalí. Muestra de la escasa presencia de los cristianos en Somalia, un país confesionalmente islámico, es que su único representante episcopal no vive siquiera en el país, aunque lo visita regularmente.

En declaraciones a Fides, Bertin destacó que, como en toda nueva etapa política, “siempre renace la esperanza”. Eso sí, como la experiencia le ha demostrado que esta “luego se desvanece con el paso de los años”, opta por la “cautela” y se sitúa, “junto a mis fieles, del lado de los que esperan y no de los que desesperan: siempre hay que dar una oportunidad a la nueva administración que nace, pero teniendo en cuenta los obstáculos, como las estructuras de los clanes o los actores internacionales, que influyen”.

Abandono rural

En la misma entrevista explicó que el gran drama de Somalia es que la Administración es capaz de cubrir todo el territorio estatal, quedando las zonas rurales abandonadas a su suerte y con el riesgo de caer en manos de extremistas, lo que aprovechan grupos como Al Shabab. Toda una “catástrofe de las instituciones” que hace que “el país se deslice por un camino muy peligroso”.
Eso sí, sin perder nunca la esperanza. Porque “con la paz y la reconciliación todo es posible”.

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