Francisco “prefiere” un cardenal para presidir la Conferencia Episcopal Italiana

El obispo de Roma abrió ayer por la tarde la nueva Asamblea Plenaria de los prelados italianos que tendrán que elegir nueva cúpula directiva

El obispo de Roma, el papa Francisco, ha tenido una audiencia con los 200 obispos que forman parte de la Conferencia Episcopal Italiana (CEI). Los prelados se han trasladado al Aula Pablo VI antes de comenzar su asamblea plenaria en el hotel Hilton Rome Airport. A lo largo de dos horas el pontífice ha compartido algunas reflexiones con los prelados que analizarán el proceso sinodal que están viviendo de cara al sínodo de 2023.



Como es habitual, el encuentro es a puerta cerrada y solo trascienden algunas de las reflexiones del pontífice que tendrá que elegir, de una terna que se le presente, al nuevo presidente de la CEI para un quinquenio al concluir el mandato del cardenal Gualtiero Bassetti. Ante los obispos mostró su deseo de que el nuevo presidente sea cardenal, joven y capaz de impulsar las reformas que necesita la Iglesia italiana. Algo que deja fuera al arzobispo-abad de Módena, Erio Castellucci, de quien el pontífice afirmó: “Sé que es un buen obispo y que es el candidato de Bassetti, pero prefiero un cardenal”.

Libertad de voto

Esta intervención fue objeto de las preguntas que algunos obispos hicieron al Papa durante el diálogo que se estableció. Y es que con esta opinión cualificada parece apostar el pontífice por prelados como Matteo Zuppi, obispo de Bolonia, y Paolo Lojudice, obispo de Siena. Si bien el Papa invitó a los prelados a que se sintieran libres de votar a quien quisieran. Previsiblemente este martes se conocerá la nueva cúpula.

También hubo comentarios sobre la guerra en Ucrania o la postura de la Iglesia ortodoxa rusa, la posición de la Santa Sede en China, los tribunales eclesiásticos, la formación de los sacerdotes e, incluso, la rodilla del Papa. En este sentido, Francisco ha recalcado que está evitando a toda costa la intervención quirúrgica ya que durante la operación del pasado mes de julio le afectó mucho la anestesia. Mientras, el pontífice confía en las infiltraciones y la rehabilitación, así como el control de sus movimientos a través de uso de bastón o silla de ruedas.

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