Miguel Ángel Muñoz: “La misa diaria del Papa nos acompañó durante la cuarentena”

El actor Miguel Ángel Muñoz con su Tata

Miguel Ángel Muñoz es noticia por partida doble: por su estreno de ‘El síndrome del copiloto’, junto a Cuca Escribano y dirigido por Vanessa Montfort –en Teatros del Canal– y porque presentará la novena edición de los Premios Platino, para los que, además, está nominado por su exitoso documental: ‘100 días con la Tata’.



PREGUNTA.- ‘El síndrome del copiloto’ es la adaptación de un “episodio” del ‘best seller’ ‘Mujeres que compran flores’, de Vanessa Montfort…

RESPUESTA.- El libro cuenta la historia de cuatro mujeres y en la obra nos centramos en una de ellas, Marina, que acaba de quedarse viuda y cumple el último encargo de su marido: tirar sus cenizas en Tánger. Para ello debe asumir la capitanía del velero de Óscar, el Peter Pan, que nunca ha tripulado sola. Ocho largos días en los que Marina (Cuca Escribano) vive sus miedos en alta mar. Su indecisión y su inseguridad en el barco no son más que un reflejo de una existencia en la que ella nunca llevó el timón. Marina lucha contra esa realidad y lo hace frente al fantasma de Óscar (Miguel Ángel Muñoz), que hasta muerto le sigue diciendo cómo actuar.

Una historia familiar

P.- ¿Contento con la andadura de ‘100 días con la Tata’?

R.- Estoy contento con lo que está sucediendo con el documental, los premios, las nominaciones… Quería contar esta historia para mi Tata, para mí y para mi familia, pero luego vi que era extensivo, que nuestra historia era importante y lo convertí en algo profesional. Quería hablar del miedo que tengo de no estar con ella después de tantos años.

P.- ¿Qué es motivo de discusión entre vosotros?

R.- Discutimos muy poco. En el documental tenemos una divertida pero muy tensa bronca, y se crea un silencio entre las risas del público. En la cuarentena, tantos días juntos, ordené la casa y tiré un montón de cosas que creí que no eran necesarias ¡No sabes lo que le molestó! Tiene la cabeza tan bien amueblada que intento respetar al máximo esa inteligencia, esa edad… y logramos discutir poquito. Intento que estemos felices todos los días, por si algún día no se despierta. (…)

La Tata y Francisco

P.- Tenemos que llevar a la Tata a conocer al Papa…

R.- ¡Le encantaría! Sería extraordinario. Para la Tata, conocer a Francisco, sería como ver a Dios en persona. A mí también me haría ilusión porque es una persona a la que respeto. A mí me ha acompañado en la cuarentena, todos los días, porque yo practicaba yoga mientras ella escuchaba la misa del Papa. Nos dábamos la paz, y continuábamos cada uno con lo nuestro. Fue crucial.

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