Curro Cañete: “Con Dios todo es posible”

El 'coach' Curro Cañete

No tengas miedo a nada. Cumple tus deseos con amor, alegría y paz interior’ (Planeta) es el último ‘best seller’ del ‘coach’ Curro Cañete, que contiene un método infalible para cumplir nuestros sueños y nos evidencia que “el miedo es una cárcel mental de la que cada uno de nosotros tiene la llave para escapar”.



PREGUNTA.- ¿Cómo se modula su método?

RESPUESTA.- Sobre la base de: primero, “creer”, luego “hacer” y, por último, “mantener”. Es decir, tenemos que creer en que los buenos hábitos son posibles, luego pasar a la acción porque, si no, no vamos a ningún sitio. Por último hay que saber mantenerlos en el tiempo para que los resultados sean buenos.

P.- Dejar atrás el miedo y el dolor, ¿cómo? ¿Y las heridas? ¿Y si solo las enterramos debajo de la alfombra?

R.- Es bueno que las sanemos y curemos porque enterrarlas significa no mirar a los ojos a la oscuridad como el avestruz. Aquello de “me voy a tomar una caña con los amigos y ya me lo miraré mañana”, no vale. Sanar es sacarle una conclusión positiva al mensaje que nos ha herido y poder enfocarte en el presente de nuevo.

Paz interior

P.- Proteger tu paz interior… ¿en un mundo tan voraz y veloz?

R.- Es lo más importante. Al menos, pasando 15 minutos –yo lo hago media hora– para ti. En silencio, en calma. Recomiendo coger un bolígrafo y un papel para aclarar las ideas y para darnos tranquilidad, autososegarnos. También es buena la meditación. La que sea, la que más se ajuste a nosotros, la más sencilla pero que logre aquietar la mente a través de la respiración. (…)

P.- ¿Nosotros mismos somos nuestro peor enemigo?

R.- Muchas veces sí. No nos damos cuenta de cómo nos limitamos a nosotros mismos, y eso es muy doloroso.

P.- ¿Cree en Dios?

R.- ¡Por supuesto! Con Dios todo es posible. Pero creo en un concepto de Dios que está por encima de cualquier religión y es fuerza y amor infinito. Lo llames como lo llames, es importante ser consciente de que hay algo más grande que nosotros y que lo que vemos con nuestros ojos no es la única realidad.

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