El informe de abusos de Múnich acusa a Benedicto XVI de mirar para otro lado ante cuatro casos

Acusan al papa emérito de mirar para otro lado ante cuatro casos de abusos sexuales a menores. El informe de la archidiócesis de Múnich y Frisinga, donde Benedicto XVI (94 años) fue arzobispo entre 1977 y 1982, señala que no hizo nada ante estas denuncias.



“En un total de cuatro casos, llegamos a la conclusión de que el entonces arzobispo puede ser acusado de omisión”, afirmó Martin Pusch, uno de los autores del informe presentado hoy en rueda de prensa que documenta al menos 497 víctimas de abusos entre 1945 y 2019, en su mayoría niños. Así, advierten que puede haber más casos no denunciados.

Sin embargo, “en todos los casos, Benedicto XVI niega contundentemente haber cometido delito alguno”, advirtió Pusch. Asimismo, alega “falta de conocimiento de los hechos”. No obstante, el equipo de abogados encargado del estudio considera “poco creíble” la reacción del papa emérito rechazando esas acusaciones y sostienen que no tuvo “ningún interés reconocible” en actuar frente a ellos.

El “balance del horror”

El arzobispado encargó hace dos años este estudio, al que los investigadores del bufete Westpfahl Spilker Wastl (WSW) denominan “balance del horror”. Los abogados están convencido de que Ratzinger tuvo conocimiento del caso del cura identificado como Peter H., quien en 1980 fue trasladado del obispado de Essen al de Múnich tras haber sido acusado de pedófilo, y allí siguió cometiendo abusos. De hecho, los abogados consideran “poco creíble” la afirmación de Benedicto XVI de que no estuvo presente en la reunión en la que se decidió ese traslado.

En la rueda de prensa no estuvo el actual cardenal arzobispo de Múnich, Reinhard Marx, hecho que lamentaron los autores de la investigación, pues había sido invitado. Al purpurado se le señala por “omisión” en dos casos.

Por su parte, el director de Sala Stampa, Matteo Bruni, a preguntas de los medios, ha señalado que “la Santa Sede cree que debe prestar la debida atención al documento”. Asimismo, reitera su “vergüenza” por los abusos a menores cometidos por sacerdotes. El Vaticano asegura su “cercanía a todas las víctimas y confirma el camino recorrido para proteger a los pequeños, garantizándoles entornos seguros”.

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