Masterclass del Papa para convertirse en un empresario con olor a oveja

En una audiencia a un grupo de ejecutivos galos, Francisco les invita a ejercer un liderazgo que no se “burle de los principios evangélicos de la justicia social y la caridad”

El Papa quiere que los empresarios también huelan “a oveja”, como los obispos y sacerdotes: “Os animo a estar cerca de quienes colaboran con vosotros a todos los niveles: a interesarse por su vida, a ser conscientes de sus dificultades, sufrimientos, angustias, pero también de sus alegrías, proyectos, esperanzas”.



Así lo expuso en la audiencia que concedió hoy a un grupo de ejecutivos franceses en la Sala Clementina de los Palacios Apostólicos, Francisco presentó lo que vendría a ser el perfil de un líder “según el corazón de Dios”.

Choque entre el ideal y la realidad

En este sentido, reconoció que a menudo se genera un “choque” entre lo ideal y la realidad que genera en cualquier empresario “un conflicto” en su conciencia entre defender el bien común y “la cruda realidad”. O lo que es lo mismo, entre “las obligaciones que imponen los sistemas económicos y financieros vigentes, que muchas veces se burlan de los principios evangélicos de la justicia social y la caridad”.  Lejos de condenarles por las veces en que no logran alcanzar “el ideal de justicia”, les alentó para “perseverar y no desanimarse”.

“La misión del líder cristiano se parece, en muchos aspectos, a la del pastor, de quien Jesús es el modelo, y que sabe ir delante del rebaño para mostrar el camino, sabe situarse en el medio para ver lo que sucede. allí, y también sabe cómo quedarse atrás, para asegurarse de que nadie pierda el contacto”, expuso el Papa argentino.

No disfrazar la vida

El Obispo de Roma no dudó en animar a los emprendedores que tiene “en el corazón el servicio a todos y no solo sus intereses particulares”.  Por eso, les encomendó “no disfrazar vuestra vida, para escapar de tus responsabilidades”.

En esta particular masterclass para CEO católicos, el pontífice explicó que “ejercer la autoridad como servicio requiere compartirla”. En este sentido, recordó que Cristo “envía a sus discípulos en misión dotándolos de autoridad propia”, por lo que defendió la necesidad de “poner en marcha la subsidiariedad” que potencie “la autonomía y capacidad de iniciativa de todos”. Para Jorge Mario Bergoglio, el ejecutivo cristiano está llamado a “tomar decisiones valientes” para “ implementar el Evangelio en un mundo profesional competitivo y competitivo”

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