El Papa ante los empresarios argentinos: “No se puede vivir de subsidios”

El Pontífice valoró la vocación empresarial y pidió generar empleos porque el trabajo “unge de dignidad”

El Santo Padre envió un mensaje a los participantes del coloquio de la Fundación del Instituto para el Desarrollo Empresarial de la Argentina (IDEA), que se está desarrollando en el Centro de exposiciones de Costa Salguero en la ciudad de Buenos Aires, y que finaliza mañana.



“Deseo de corazón que sea un momento de verdadero intercambio que pueda recoger el aporte innovador de los empresarios y el de los trabajadores que luchan por su dignidad y por sus familias”, expresó el papa Francisco, valorando el espacio de diálogo entre este sector y los miembros de la Unión de Trabajadores de la Economía Popular.

Reiteró la noble vocación del empresariado que, con creatividad, busca producir riqueza, diversificar la producción, y generar de puestos de trabajo.

La dignidad del trabajo

El Papa afirmó que “algunos me han hecho decir cosas que yo no sostengo”, que propone una vida sin esfuerzo o que desprecia la cultura del trabajo. Recordó que era descendiente de piamonteses, que no vinieron a la Argentina “con ganas de ser mantenidos sino con un enorme deseo de arremangarse para construir un futuro para sus familias“.

Como rasgo de aquellos migrantes expresó que ellos no ponían la plata en un banco, sino en terrenos y ladrillos, porque la casa era lo primero, miraban hacia la familia e invertían en ella.

“Porque no me cansaré de referirme a la dignidad del trabajo. Lo que da dignidad es el trabajo. El que no tiene trabajo, siente que le falta algo, le falta esa dignidad que da propiamente el trabajo, que unge de dignidad”, aseveró el Pontífice.

El trabajo expresa y alimenta la dignidad; le permite al hombre desarrollar las capacidades que Dios le regaló, a tejer relaciones de intercambio y ayuda mutua, sentirse colaborador de Dios para cuidar este mundo, sentirse útil a la sociedad y solidario con sus seres queridos. Por eso, “el trabajo, más allá de los cansancios y dificultades, es el camino de maduración, de realización de la persona, que da alas a los mejores sueños”, señaló Francisco.

Los subsidios, solo una ayuda

Agregó: “Siendo esto así, queda claro que los subsidios sólo pueden ser una ayuda provisoria. No se puede vivir de subsidios“.

Aseguró que el gran objetivo es brindar fuentes de trabajo diversificadas que permitan construir el futuro, con esfuerzo y con ingenio. “Por ser diversificadas abren el camino para que las distintas personas encuentren el contexto más adecuado para desarrollar sus propios dones”, según sus inclinaciones o capacidades, puntualizó el Santo Padre.

Además, resaltó que el diálogo entre los empresarios y los trabajadores es no sólo indispensable, sino también fecundo y prometedor.

Finalmente, agradeció al Coloquio haberse planteado un propósito tan noble, y se despidió pidiendo que no se olviden de rezar por él.

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