La mano de Cáritas a 1.200 eritreos, afganos y sudaneses en Calais para salvarlos de la muerte

La entidad caritativa de la Iglesia francesa agradece el llamamiento del papa Francisco en el ángelus ante la realidad de la inmigración

Un refugiado en el campamento de Calais

27 personas han muerto en los últimos días intentando cruzar el tramo de mar entre Francia e Inglaterra en una lancha. Este drama ha movilizado a los políticos de los países vecinos y el papa Francisco en el ángelus del 28 de noviembre ha hecho un nuevo llamamiento sobre la realidad migratoria. Por ello, desde Secours Catholique – Caritas Francia, Juliette Delaplace, su responsable, ha agradecido al pontífice sus palabras mientras empezaron en mejorar la situación en Calais.



Humanidad prohibida

Mientras se redobla la vigilancia en el canal, desde Caristias recuerda que “en Calais hay no menos de 16 resoluciones que prohíben a las asociaciones distribuir alimentos y bebidas“. “Creemos en lo que hacemos, creemos en la caridad, en la fraternidad”, así que las palabras del Papa “dan fuerza, confianza y esperanza”, señalaba la responsable. En esta población costera hay 1.200 personas, hombres, mujeres y menores no acompañados, procedentes principalmente de Sudán, Eritrea y Afganistán, que “viven a diario en una situación extremadamente difícil”, según explica Delaplace a los medios vaticanos.

“Hay personas que me dicen: ‘Cada día estoy más débil física y moralmente’ o que dicen: ‘Ya estoy medio muerto’“, relata la responsable de Secours Catholique. Y es que la situación va acompaña de desalojos de los campamentos,  robo de sus pertenencias personales o de las tiendas que tienen o de sus sacos de dormir. Estas condiciones de supervivencia pesan sobre su moral, apuntan desde el terreno.

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