Chile: IX Congreso Nacional de Educación Católica

  • Unos 600 educadores analizaron los desafíos para profundizar el Pacto Educativo Global convocado por el papa Francisco
  • Testimonios y paneles buscaron aplicar en la práctica educativa los principios y criterios abordados

El lema “Pacto Educativo Global: pasión renovada al servicio de la fraternidad” inspiró las conferencias, paneles y testimonios presentados vía on line a los más de 600 participantes, la mayoría de ellos chilenos, aunque también muchos de varios países latinoamericanos.



La conferencia inaugural estuvo a cargo del Secretario de la Congregación para la Educación Católica, Angelo Zani, quien, hablando en vivo desde El Vaticano, destacó el cambio de época que vivimos como humanidad y la necesidad de nuevos líderes, lo que está en la base del Pacto Educativo Global. Añadió que “la propuesta del papa Francisco es compromiso para todas las iniciativas educativas formales e informales”.

Al servicio de la comunidad

“El viaje ha comenzado, añadió Zani. La situación actual ha puesto de manifiesto la necesidad de un Pacto Educativo Global cada vez más comunitario y compartido, que apoyándose en el Evangelio y en las enseñanzas de la Iglesia, contribuya en sinergia generosa y abierta a la difusión de una auténtica cultura del encuentro. Por esta razón las escuelas y universidades católicas están llamadas a formar personas que estén dispuestas a ponerse al servicio de la comunidad. En el servicio podemos experimentar que hay más alegría en el dar que recibir y que el nuestro ya no puede ser un tiempo de indiferencia, egoísmo y divisiones”, dijo el secretario vaticano.

A continuación, la magister en neuropsicología y neuropsiquiatría infantil, Amanda Céspedes, expuso “Educación emocional: niños, niñas, adolescentes y jóvenes en el centro del proceso educativo”. Inició su intervención recogiendo lo señalado por Zani: “Efectivamente como se dijo, el viaje ha comenzado. Vivimos la necesidad de un cambio. Nuestros niños y alumnos van a tener que aprender a vivir en una actitud de resonancia y servicio hacia los otros”, dijo Céspedes.

Agregó que la humanidad, un sistema con multiplicidad de subsistemas en incertidumbre, “los que hoy son niños van a tener que aprender a vivir, sin perder la esencia de lo que es ser un ser humano: la actitud de resonancia afectiva con los otros. La pandemia ha demostrado que los niños están preparados para ello”. Por ello, junto con abordar la necesidad de actualización en la educación emocional de los docentes y la resiliencia, Céspedes expresó agradecida que “este encuentro es trascendente. Echaba de menos la voz de la Iglesia católica en estas situaciones que hemos estado viviendo y esta es una invitación a afrontar el cambio, a iniciar el viaje y decidirnos a hacer el mejor viaje posible para nosotros y para las generaciones que están viniendo”.

Encuentro sobre la experiencia vivida

Siguió un interactivo panel con mucha participación a través del chat. Con el tema “Una pasión que se renueva: las familias como primeras e indispensables educadoras” tuvo como expositores a Daniel Seguel, psicólogo clínico; María Jesús Honorato, magister en gestión, calidad, currículum y evaluación y subsecretaria de educación parvularia del Ministerio de Educación; Verónica Gubbins, doctora en educación, coordinadora del Área de Familia y Educación del Centro de Estudios e Investigación sobre Familia de la Universidad Finis Terrae; y Marcela Fontecilla, educadora de párvulos y directora nacional de educación de Fundación Integra.

El segundo día se inició con la conferencia desde el Centro Penitenciario Femenino San Joaquín a cargo de la religiosa del Buen Pastor Nelly León, capellana de ese Centro. Abordó el tema: “Educar y educarnos para acoger a los más vulnerables y marginados”, expresando que “si hay alguien vulnerable y marginado, es porque alguien lo marginó. Educar nos implica un diálogo que es un encuentro sobre la experiencia vivida”. Parafraseando al pedagogo brasileño Paulo Freire, agregó: “Nuestro papel no es hablar a las otras y otros sobre nuestra visión del mundo e intentar imponerla, sino dialogar sobre su visión y la nuestra. Esa es nuestra tarea como educadores”.

Desde Honduras, el Cardenal Óscar Rodríguez Maradiaga, arzobispo de Tegucigalpa, realizó una presentación en vivo sobre “Nuevas formas de entender la economía, el crecimiento y el progreso, al servicio de la educación”. “No todo lo posible es conveniente para el ser humano, comenzó diciendo el arzobispo. El se puede, de la técnica, necesita del discernimiento ético sobre el se debe. Lo humanizante, todo aquello que permite la realización del individuo como persona dentro de la sociedad y todo lo que construye el grupo de sociedad de personas humanas, es el referente obligatorio e imperativo de toda técnica que pretenda ser humana. Ahí es donde entra la educación, en crisis permanente”. Luego ahondó en lo económico llamando a “vivir, pensar, actuar de otro modo es el nuevo continente, de una nueva conciencia hacia la cual se debe educar. No todo es dinero, no todo son bienes materiales. El desarrollo no se mide por los índices macroeconómicos. Es la educación en un cambio de conciencia, solo ahí podemos generar una nueva civilización. Ahí tenemos una nueva lógica”, destacó Rodríguez Maradiaga.

Necesitamos el corazón

La conferencia de cierre estuvo a cargo de Óscar Pérez, doctor en neurociencias, desarrollo y educación y secretario general de la Confederación Interamericana de Educación Católica. Se refirió a los desafíos del Pacto Educativo Global desde América, llamando a cambiar los paradigmas que tenemos instalados: “Necesitamos que cambien, se transformen. Necesitamos romper con el ‘siempre se ha hecho así’ porque tenemos que arriesgarnos, aun con miedo, a avanzar”.  Para ello dijo “necesitamos el corazón. Las acciones salen de lo emocional. También necesitamos una nueva práctica y el Pacto Educativo es la invitación a reinventarnos como seres humanos. Se esperaba que después de la pandemia íbamos a cambiar, íbamos a ser mejores personas y hoy nos damos cuenta que seguimos siendo egoístas, individualistas. Y la educación es el antídoto natural, nos dice el Papa, contra el individualismo. Como lo han dicho muchos invitados al congreso, debemos recoger la inteligencia cordial sensible, pero también esa inteligencia espiritual”.

“Fue un congreso muy valioso”, aseguró a Vida Nueva el Director del Área de Educación de la Conferencia Episcopal de Chile, Roberto Pavez. Destacó el “encuadre de lo que el Papa quiere de la educación hecho por monseñor Zani. Hubo mucha continuidad, mucha complementación entre los expositores, reconocido por los participantes y quienes lo siguieron a través de redes sociales. Eso lo reconocen como impacto en el tema del pacto global”. Pavez también señaló el enorme aporte de la hermana Nelly León “sobre personas en situación de vulnerabilidad. Logra unificar en su testimonio los desafíos que estaban surgiendo en los paneles, lo que dio consistencia a todo el encuentro”.

Concluye Pavez que “asumir los desafíos de una nueva forma de educar, sobre todo en el período postpandémico nos muestra que tenemos una gran tarea”.

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