El Papa a la Iglesia eslovaca: “Si no dejamos espacio a la aventura de la libertad corremos el riesgo de convertirnos en un lugar rígido”

  • Francisco pide a obispos, sacerdotes, religiosos y laicos ser creativos, libres y dialogantes
  • El Pontífice clama contra una “religiosidad rígida” y pide que el anuncio del Evangelio no sea “opresor”

El papa Francisco, en su encuentro con los católicos polacos en la catedral de Bratislava

Una Iglesia libre, creativa y dialogante. Así lo ha pedido el papa Francisco hoy en su encuentro con los obispos, sacerdotes, religiosos y laicos eslovacos congregados en la catedral de Bratislava. “Necesitamos una Iglesia que camina unida, que recorre los caminos de la vida con la llama del Evangelio encendida. La Iglesia no es una fortaleza, una potencia, un castillo situado en alto que mira el mundo con distancia y suficiencia”, ha comenzado advirtiendo el Pontífice en su discurso.



Como ha explicado el Papa, “la Iglesia es la comunidad que desea atraer hacia Cristo con la alegría del Evangelio, es la levadura que hace fermentar el Reino del amor y de la paz en la masa del mundo. Por favor, no cedamos a la tentación de la magnificencia, de la grandeza mundana. La Iglesia debe ser humilde como Jesús, que se despojó de todo, que se hizo pobre para enriquecernos (cf. 2 Co 8,9). Así vino a habitar entre nosotros y a curar nuestra humanidad herida”.

Según sus palabras, “es hermosa una Iglesia humilde que no se separa del mundo y no mira la vida con desapego, sino que la habita desde dentro. ¡El centro de la Iglesia no es la Iglesia! Salgamos de la preocupación excesiva por nosotros mismos, por nuestras estructuras, por cómo nos mira la sociedad”. “Adentrémonos en cambio en la vida real de la gente y preguntémonos: ¿cuáles son las necesidades y las expectativas espirituales de nuestro pueblo? ¿Qué se espera de la Iglesia?”, se ha preguntado.

Para responder a estas dos preguntas, el Pontífice ha compartido su reflexión en torno a tres palabras: libertad, creatividad y diálogo.

Libertad

“A veces, en la Iglesia nos puede acechar esta idea: es mejor tener todo predefinido, más que ser cristianos responsables y adultos que piensan, interrogan la propia conciencia y se dejan cuestionar. En la vida espiritual y eclesial existe la tentación de buscar una falsa paz que nos deja tranquilos, en vez del fuego del Evangelio que nos inquieta y nos transforma. Pero una Iglesia que no deja espacio a la aventura de la libertad, incluso en la vida espiritual, corre el riesgo de convertirse en un lugar rígido y cerrado”, ha señalado.

Y ha continuado: “Tal vez algunos están acostumbrados a esto; pero a muchos otros –sobre todo en las nuevas generaciones– no les atrae una propuesta de fe que no les deje su libertad interior, una Iglesia en la que sea necesario que todos piensen del mismo modo y obedezcan ciegamente”.

Por eso, el Papa ha pedido, sobre todo a los obispos, que “no tengan miedo de formar a las personas en una relación madura y libre con Dios”. “Esto quizá nos dará la impresión de no poder controlarlo todo –ha apuntado–, de perder fuerza y autoridad; pero la Iglesia de Cristo no quiere dominar las conciencias y ocupar los espacios, quiere ser una ‘fuente’ de esperanza en la vida de las personas”.

Dirigiéndose a los pastores, los ha animado a hacer crecer a los fieles “libres de una religiosidad rígida”. “Que cada uno pueda descubrir la libertad del Evangelio, entrando gradualmente en relación con Dios, con la confianza de quien sabe que, ante Él, puede llevar la propia historia y las propias heridas sin miedo y sin fingimientos, sin preocuparse de defender la propia imagen. Que el anuncio del Evangelio sea liberador, nunca opresor. ¡Y que la Iglesia sea signo de libertad y de acogida!”, ha apuntado.

Creatividad

A ejemplo de los santos Cirilo y Metodio, que llegaron a inventar un nuevo alfabeto para la traducción de la Biblia, de los textos litúrgicos y de la doctrina cristiana, ha pedido a la Iglesia ser creativos. “¿No es esta quizá la tarea más urgente de la Iglesia en los pueblos de Europa: encontrar nuevos ‘alfabetos’ para anunciar la fe?”, se ha preguntado.

En este sentido, Jorge Mario Bergoglio ha sido muy claro al afirmar que, “ante la pérdida del sentido de Dios y de la alegría de la fe, no sirve lamentarse, atrincherarse en un catolicismo defensivo, juzgar y acusar al mundo; es necesaria la creatividad del Evangelio”. “Si con nuestra predicación y nuestra pastoral no logramos entrar más por la vía ordinaria, intentemos abrir espacios diferentes, experimentemos otros caminos”, ha solicitado.

Diálogo

“Una Iglesia que forma en la libertad interior y responsable, que sabe ser creativa adentrándose en la historia y en la cultura, es también una Iglesia que sabe dialogar con el mundo, con el que confiesa a Cristo sin que sea ‘de los nuestros’, con el que vive la fatiga de una búsqueda religiosa, también con el que no cree. Es una Iglesia que, siguiendo el ejemplo de Cirilo y Metodio, reúne y mantiene unido el Oriente y el Occidente, tradiciones y sensibilidades diversas”, ha afirmado.

Al concluir, Bergoglio ha expresado su deseo de que “continúen su camino en la libertad del Evangelio, en la creatividad de la fe y en el diálogo que brota de la misericordia de Dios, que nos ha hecho hermanos y hermanas, y que nos llama a ser artesanos de paz y de concordia”.

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