Los obispos de Estados Unidos contra Biden: votan a favor de estudiar su ‘ex comunión’

  • Más de dos tercios de los prelados norteamericanos aprueban elaborar un documento sobre la eucaristía que busca condenar al presidente católico por sus guiños al aborto
  • Con este paso al frente, desafían al Vaticano que pidió aparcar el debate y ahondan en la fractura interna de los propios pastores y de los católicos

Los obispos de Estados Unidos plantan cara a Joe Biden. Pero también al Vaticano. A la par, algo más que un recado al presidente norteamericano y al Papa. Ayer, en el marco de su Asamblea Plenaria de primavera celebrada en formato virtual, aprobaron seguir adelante un documento sobre la eucaristía con el que sus impulsores, sin citarlo explícitamente buscan condenar públicamente al líder demócrata y segundo presidente católico en la historia del país por los guiños al aborto de su partido durante la era Obama.



Los pastores dan un paso al frente, haciendo oídos sordos a la Santa Sede, que hace una semana a través de la Congregación para la Doctrina de la Fe les instó a aparcar este debate, como ya lo hiciera hace algo más de un año cuando mostraron un interés similar.

Plenaria de otoño

La reacción de la Conferencia Episcopal de Estados Unidos a este aviso se ha traducido en una abrumadora mayoría a favor de seguir adelante con la redacción del documento sobre “el significado de la eucaristía en la vida de la Iglesia”, cuya redacción se debatirá en la Plenaria de otoño. Así, en esta votación previa, la propuesta de elaboración del texto contó con 168 votos a favor, 55 en contra y seis abstenciones.

Al sondeo se llegó después de dos horas de intenso debate el pasado jueves, donde hasta 43 obispos pidieron la palabra para opinar sobre la pertinencia o no de abordar esta cuestión. Allí se evidenció la fractura de un Episcopado que se divide entre quienes reclamaron en voz alta la necesidad de amonestar al demócrata frente a quienes lamentaron que esta cuestión suponga politizar aún más a la Iglesia de Estados Unidos y ahondar en la polarización política y social de estos últimos años.

Credibilidad en juego

Algunos como el obispo emérito Michael Pfeifer no dudó en acusar a Biden de promover el “infanticidio”, mientras otros como el obispo Liam Cary, de Oregón, arremetió contra el “un presidente católico que se opone a la enseñanza de la Iglesia”. Otros como el pastor de Madison, Donald J. Hying, tachó al demócrata de promover “la agenda pro-aborto más radical de nuestra historia”. “Nuestra credibilidad  está en juego”, apuntó el arzobispo Salvatore Cordileone de San Francisco, aludiendo que los políticos no les tomaran en serio si no sale adelante el documento sobre la eucaristía.

Ninguno de ellos hizo alusión a otros criterios ligados para acercarse a comulgar como la vida de oración o el amor al prójimo. Y así se lo hizo saber el obispo Joseph J. Tyson de Yakima, que preguntó a sus compañeros porqué todo el debate se centraba en el aborto y no en otros temas -como las migraciones- en los que los responsables públicos podrían estar en desacuerdo con las enseñanzas de la Iglesia. En esta misma línea más cercana a Bergoglio, se mostraron otros prelados como Robert W. McElroy, de San Diego, que alertó de utilizar la eucaristía “como arma de batallas partidistas”. “Ese sacramento que busca hacernos uno se convertirá para millones de católicos en un signo de división”, advirtió.

Pretexto desenmascarado

Así, prácticamente, quedó desenmascarado el pretexto inicial del documento, que buscaba enmarcarse dentro del plan estratégico de los obispos para el próximo quinquenio que pretende avivar el sacramento de la eucaristía entre los fieles. Y eso que el obispo de Indiana, Kevin C. Rhoades, al presentar los ejes de lo que será el borrador que se analizará en noviembre, quiso quitarle hierro al asunto exponiendo ante sus pares que la documento no busca presentar unas normas nacionales sobre la recepción de la comunión, sino como herramienta para que los cristianos sepan como comulgar en estado de gracia. Así lo manifestó también en la rueda de prensa posterior a la Plenaria. “Nuestro plan no es ir en esa dirección”, manifestó en público, cuando de puertas para adentro sí se habló abiertamente de la condena a Biden.

En cualquier caso, este escrutinio es interpretado ya como una bofetada a Francisco, en tanto que en estos últimos meses, a pesar de no haber mantenido un encuentro con Biden, sí se ha hecho visible la simpatía que hay entre ambos con gestos tales como la llamada al unísono de ambos a la liberalización temporal de las patentes par lograr una vacuna universal.

Promover males morales

La cúpula de los obispos norteamericanos, con el arzobispo de Los Ángeles, José Gómez, perteneciente al Opus Dei como presidente, no solo han mostrado su antipatía al nuevo inquilino de la Casa Blanca, sino que en la última legislatura han dejado entrever algún que otro guiño al presidente republicano Donald Trump, a pesar de los desencuentros mostrados hacia el pontífice argentino. De hecho, en la apertura de la Plenaria, el propio Gómez centró parte de su discurso en arremeter contra las políticas de Biden “que promoverían los males morales”, especialmente “en las áreas de aborto, anticoncepción, matrimonio y género”.

Lo cierto es que la Conferencia Episcopal de Estados Unidos no tiene potestad como tal para prohibir a Biden que se acerque a recibir la comunión en una Iglesia. En tal caso, le  correspondería a Roma o al obispo local. El Papa ya se ha posicionado a través de Doctrina de la Fe y del cardenal Ladaria sobre la impertinencia de este debate. Por su parte, el cardenal arzobispo de Washington, a la que pertenece el inquilino de la Casa Blanca, ya ha expuesto, que no solo no le impedirá al presidente comulgar, sino que cree necesario establecer más lazos de cooperación con el actual Ejecutivo.

Las dudas de los católicos

Por otro lado, hay quien considera que los obispos norteamericanos, más que centrar sus esfuerzos en mirar al despacho oval, más bien deberían preguntarse porqué, tal y como señala una reciente encuesta de Pew Research Center, solo un tercio de los católicos cree que de verdad que el pan y el vino se convierte en el cuerpo y la sangre Cristo durante la consagración. O el motivo que lleva al 56% de los católicos sondeados a mostrarse a favor del aborto legalizado y si a ellos se les someterá al mismo veto que al mandatario demócrata.

Sin embargo, esto parece importar poco a unos dos tercios de los prelados norteamericanos buscan evidenciar públicamente su disconformidad con Biden y lo han logrado. En las últimas horas han devuelto a los medios de comunicación el debate sobre el aborto y han logrado que la polémica se cuele en la agenda del presidente demócrata. Se espera que mañana domingo Biden vaya a misa, como todos los domingos a la iglesia de la Santísima Trinidad de Georgetown, de los padres jesuitas. En buena compañía. La misma que Bergoglio.

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