Biden, despreocupado ante la decisión de los obispos sobre la comunión: “No creo que vaya a suceder”

El presidente de Estados Unidos se ha pronunciado sobre la decisión de los obispos del país de elaborar un documento sobre la eucaristía que busca apartar a los políticos que defiendan el aborto

“Es un asunto privado y no creo que vaya a suceder”. Así de tajante ha respondido, tal como recoge la revista People, el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, a la noticia de que los obispos del país hayan aprobado elaborar un documento que abriría la puerta a que los sacerdotes se puedan negar a dar la comunión a los políticos que se hayan mostrado a favor del aborto, como es el caso de Biden.



Y es que, si bien se trata del segundo presidente católico de la historia del país –después de John Fitzgerald Kennedy–, la postura de Biden sobre la interrupción del embarazo le pone en la lista de aquellos a los que la Iglesia norteamericana recomendaría no dar la comunión. Todo ello, a pesar de la llamada a la calma por parte del Vaticano, que recomendó aparcar el tema.

La elaboración del documento fue aprobada ayer en el marco de su Asamblea Plenaria de primavera, celebrada en formato virtual, con el apoyo de dos tercios del episcopado, el cual ha pasado así a plantar cara no solo al presidente de Estados Unidos, sino al Vaticano, el cual había enviado una carta hace unas semanas desde la Congregación de la Doctrina de la Fe.

Signo de división

La redacción del texto, que según apuntaron los obispos pondrá de relieve “el significado de la eucaristía en la vida de la Iglesia”, se debatirá en la Plenaria de otoño. Así, en esta votación previa, la propuesta de elaboración del texto contó con 168 votos a favor, 55 en contra y seis abstenciones. Durante el debate, hasta 43 obispos pidieron la palabra para opinar sobre la necesidad o no de abordar esta cuestión.

Un reflejo, en definitiva, de la fractura del episcopado en este sentido, dividido entre quienes reclamaron en voz alta la necesidad de amonestar al demócrata frente a quienes lamentaron que esta cuestión suponga politizar aún más a la Iglesia de Estados Unidos y fomentar la polarización social.

Sin embargo, mientras unos acusaban a Biden de “infanticidio” y tachaban al demócrata de promover “la agenda pro-aborto más radical de nuestra historia”, otros señalaban que el debate no solo podía centrarse en el aborto, sino también en otros puntos como las migraciones. En esta misma línea se mostraron otros prelados como Robert W. McElroy, de San Diego, que advirtió de que “ese sacramento que busca hacernos uno se convertirá para millones de católicos en un signo de división”.

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