Belén Blanco, una cristiana alternativa a la política madrileña para el 4-M

  • Laica comprometida, esta profesora lidera la lista del partido minoritario ‘Por un Mundo Más Justo’
  • “Quiero ser una política ‘Fratelli Tutti’. Cuando lees las palabras del Papa, no puedes menos que sentirse identificado e interpelado”, asegura en una entrevista a Vida Nueva

Ninguna encuesta les otorga escaño alguno en la Asamblea de Madrid en las elecciones del 4 de mayo. No les agobia. No lo ven inalcanzable, pero tampoco tiran la toalla. ‘Por un Mundo más Justo’ (M+J) es el partido minoritario que más ha crecido en Madrid en los tres últimos años, multiplicando por cuatro su afiliación. Al frente en la lista de las elecciones a la comunidad de Madrid, Belén Blanco, responsable pedagógica de la red de colegios marianistas españoles y un eslabón indispensable en el equipo de misión compartida de CONFER. Junto a ella, un buen puñado de cristianos -y también no creyentes- convencidos de que “queremos hacer política en mayúsculas, algo muy diferente a lo que vemos todos los días en televisión”.



PREGUNTA.- ¿Por qué decide dar un paso al frente, aun sabiendo que, ni por asomo, van a conseguir un escaño?

R.- Desde el punto de vista personal, y desde mi vocación cristiana, siempre me he sentido llamada al compromiso social. Desde ahí, en los últimos años, también al compromiso político. Desde el Vaticano II, los laicos en el mundo estamos llamados también al compromiso socio-político. No es la primera vez que doy este paso. Me siento muy identificada con Hannah Arendt cuando decía que nadie puede ser feliz sin participar de la felicidad pública, y, para ello, había que participar de la libertad pública y de la política. En estos tiempos de tanta dificultad y dolor, por mi parte quiero aportar lo que pueda a este proyecto, sabedora de que la fuerza radica en la unión de tantas personas que en la sociedad se muestran deseosos de actuar por un mundo más justo.

Por otro lado, con respecto a conseguir un escaño, a fecha de hoy no se sabe lo que va a ocurrir. En cambio, sí podemos hablar de lo que ya ha ocurrido. El partido Por Un Mundo Más Justo es el que más ha crecido en Madrid en los últimos 3 años, multiplicando por cuatro su afiliación.

Como partido, estamos atrayendo a personas muy diferentes de la sociedad que ven en nuestro partido una opción fiable, rigurosa y alejada del marketing y del espectáculo que vemos todos los días en el parlamento. Los votos de todas estas personas son esenciales para conseguir ese escaño. Pero incluso si no consiguiéramos ese escaño, sus votos son imprescindibles para hacernos crecer, y nuestra papeleta es imprescindible para que ellos puedan votar al partido que más les convence.

P.- ¿Se lo está tomando más como una campaña de sensibilización?

R.- Nos presentamos porque queremos hacer política. Política en mayúsculas. Algo muy diferente a lo que vemos todos los días en televisión. Para nosotros hacer política es lanzar nuestros mensajes de aquello en lo creemos, conversar con otros sobre los principales problemas de nuestra sociedad y sobre las mejores soluciones para afrontarlos. La campaña electoral es una ocasión idónea para canalizar la participación política de miles de personas que creen en el análisis riguroso, el diálogo y el trabajo honesto por el bien común, centrado en la defensa de los derechos de las personas más vulnerables. Se trata de un camino humilde, pero ambicioso y firme, que se va haciendo realidad. Queremos manifestar que es posible otra forma de hacer política. Por eso, presentamos un programa de 163 medidas #CuidandoMadrid. Son propuestas concretas y reales, que queremos llevar al parlamento de nuestra comunidad.

P.- ¿Con que te quedas de todos estos días?

R.- Claramente me quedo con la visita que hicimos el sábado pasado mi equipo de candidatos y yo a la Cañada Real, una de las zonas más desfavorecidas de Madrid. Es impactante escuchar los testimonios de los voluntarios de la parroquia de allí y tomar conciencia, como hacemos en nuestro programa, de que debemos empezar por áreas de Madrid como La Cañada, y que podamos decir dentro de unos años que son un ejemplo de prosperidad y convivencia.

También me quedo con todas las personas apasionadas, comprometidas y profesionales que con escasos recursos están intentando mostrar a la sociedad una política diferente, tanto en sus finalidades principales -las personas, especialmente las más vulnerables- como en sus procedimientos -diálogo, eficacia en la gestión y transparencia-. Estamos demostrando que es posible pensar un proyecto común desde diferentes ideologías y creencias.

P.- Esa conciencia de no conseguir un lugar en la Asamblea, ¿da más libertad para hablar sabiendo que no tiene que depender de las encuestas?

R.- Yo sí creo que podemos conseguir un escaño en estas elecciones. Y si no lo conseguimos, será en las próximas de dentro de dos años. Como te he dicho, este partido es el que más crece en Madrid actualmente. Pero es verdad que hablamos con mucha libertad, con autenticidad y defendiendo aquello que realmente pensamos que necesita Madrid.

P.- ¿Por qué tendría que votar un ciudadano cualquiera al M+J?

R.- El partido lleva desde el año 2004 presente en el panorama político construyendo redes de participación que conduzcan a una política ejercida como una apuesta comprometida al servicio del bien común, y que no busca solamente votos para acumular poderes unipersonales, como un servicio y no como un privilegio. Una política que no alimente los egos personales. También, como medio que favorece el crecimiento de nuestra sociedad, y no solo en términos económicos, sino también en convivencia, en educación, en inclusión, en respeto por el entorno, en valorar a los otros y otras que son y piensan de manera diferente. Una política como instrumento que promueve una economía a favor de la diversidad productiva y la creatividad empresarial. Una política que quiere generar cultura de encuentro en vez de cultura del odio (desgaste, enfrentamiento, relaciones tóxicas). Como medio para crear una sociedad pluralista que invita continuamente al diálogo cercano, sincero, transparente, que respeta toda situación de dignidad ajena, que integra a los diferentes.

En M+J nuestra prioridad está en las personas más desfavorecidas y excluidas. Ponemos a la persona y sus relaciones con su entorno en el centro de nuestras políticas. Por ello, creemos que es clave proponer una cultura del cuidado que alcance a todos los ámbitos, incluida la política y las relaciones económicas. Tal y como dice Victoria Camps en su último libro “Tiempo de Cuidados”, “sin una concepción pública del cuidado es imposible mantener la sociedad democrática”. En un mundo roto por la brecha de la desigualdad, miramos con mayor atención a las personas y grupos descartados de nuestra sociedad, porque el cuidado es un valor complementario a la justicia social. Madrid necesita el pensamiento plural que ofrece nuestro partido.

Además, estamos convencidos de que muchos de los problemas locales tienen una causa global. Por eso apostamos por construir una ciudadanía global como manera más eficaz de afrontar estos problemas. Un fallo de control en el sistema de producción de alimentos en China provocó esta pandemia, que hemos vivido con consecuencias dramáticas en Madrid y la ausencia de solidaridad internacional en la gestión de las vacunas está provocando el drama que estamos viendo hoy en la India.

No tenemos una ideología cerrada. Aprendemos de todas ellas. Promovemos el diálogo entre partidos. Reconocemos que los valores promovidos por las diferentes confesiones religiosas han ayudado a alcanzar muchos de los derechos que gozamos hoy. Apostamos por la Sociedad Civil, un sector que hoy está olvidado y que debe alcanzar en nuestra economía un protagonismo similar al que tiene el Mercado o el Estado.

El M+J se diferencia por poner en el centro a la persona, especialmente a las más vulnerables. Además, por su gestión eficaz y transparencia. Es el único partido que tiene su contabilidad pública en tiempo real a través de su página web. Asimismo, ha desarrollado iniciativas sociales como las campañas ‘Sickofwaiting’ de ayuda a los refugiados; ‘Nomorepandemics’ solicitando vacunas para todos, o el riguroso estudio ‘CovidModel’ sobre la evolución de la pandemia para predecir su evolución.

En este partido uno encuentra una esperanza a la respuesta de lo que el mundo necesita: personas íntegras, coherentes, comprometidas, reflexivas, con conocimiento y rigor, y con un saber hacer para luchar contra las grandes heridas de nuestra sociedad y del mundo en general: la exaltación del individualismo y el aumento de las desigualdades que afectan a la dignidad de la vida de tantas personas. Por tanto, pienso que eres la misma persona desde que te levantas hasta que te acuestas. Eres la misma persona cuando cuidas a tus familiares o cuando cuidas a los comerciantes comprando en el barrio. Eres la misma persona cuando reciclas o debates con tus amigos con respeto. Eres la misma persona en tu día a día porque eres coherente. Por eso, animamos a votar con coherencia, con convicción.

P.- ¿Por qué tendría que votar un cristiano al M+J?

R.- Por Un Mundo Más Justo es, en mi opinión, el partido donde los cristianos trabajan enriqueciéndose con la visión de personas de otras confesiones y con la visión de personas ateas y agnósticas. Cualquiera que haya leído la carta encíclica ‘Fratelli Tutti’ del Papa Francisco, entenderá que la fraternidad y el logro de un mundo más justo exigen, en coherencia, un compromiso político. En mi opinión, el partido Por Un Mundo Más Justo es el entorno de participación política natural para vivir en coherencia los valores cristianos.

Cualquiera que vea nuestro programa puede ver que, realmente, coincide con el mensaje cristiano desde el principio hasta el final. Es, de hecho, el mismo mensaje que el Papa está trasladando. Por eso el Papa Francisco aparece en nuestra web como uno de los líderes que más inspiran nuestro trabajo.  Este no es un partido creado por la Iglesia Católica, aunque haya muchos cristianos que participan en él. De hecho, como decía, conviven en este partido personas de muchas confesiones diferentes. La pluriconfesionalidad nos define y enriquece. En esa misma línea de respetar la confesión de las personas, queremos eliminar el déficit de financiación de la educación concertada, asegurando la efectiva gratuidad de los conciertos educativos. Para garantizarlo, defendemos un pacto educativo en Madrid.

P.- En anteriores convocatorias electorales, el M+J llegó a formar parte de una coalición de izquierdas en la que estaba Unidas Podemos. ¿Hoy se repetiría la experiencia?

R.- El partido Por Un Mundo Más Justo nunca ha ido en coalición con Unidas Podemos. Lo que ocurrió fue que, Miguel Ángel Vázquez, que fue Secretario General del partido en 2016, fue en las listas de esa coalición. En ese momento nuestro partido estaba muy debilitado. Era seis veces más pequeño de lo que es hoy. Y esta decisión lo debilitó aún más, generando un gran conflicto interno que terminó con la salida voluntaria del Secretario General. Estamos en una etapa de crecimiento muy ilusionante y es muy improbable que volvamos a ir en coalición en los próximos años. Nuestro partido no es ni de izquierdas, ni de derechas. Hablamos con todos los partidos políticos, sin excepción. No somos progresistas ni conservadores. Queremos cambiar muchas cosas y mantener como están, incluso volver hacia atrás, otras muchas.

P.- Soñemos: primera medida que adoptaría si fuera presidenta de la Comunidad de Madrid.

R.- Mi primera medida sería, sin duda, la puesta en marcha de un Plan que garantice el acceso íntegro a la salud y a la educación de toda persona que vive en Madrid, independientemente de su nacionalidad y situación. Es terrible ver que hoy muchas personas que viven en Madrid tienen limitado el acceso a estos derechos básicos. Queremos empezar por ahí, por las personas más vulnerables y excluidas.

Por eso también queremos que la Comunidad de Madrid vuelva a tener una política de cooperación internacional ya que lamentablemente fue prácticamente desmantelada en su totalidad. No podemos ver como la India se muere sin que nuestra Comunidad haga, como mínimo, la parte que le corresponde. Pero estas medidas, o cualquier otras, no podrán llevarse a cabo si no se cambia antes el clima político actual. Nadie puede construir nada en medio de una tormenta. Por eso veo imprescindible alguna medida simbólica que marque un “antes” y un “después” en el clima político de nuestra comunidad.

El momento actual de la vida política es dramático. No por la ausencia de capacidad de nuestros líderes, sino porque el clima político está completamente viciado. Esto no lo vamos a cambiar con leyes. Se necesita un acto, un símbolo, un gesto poderoso que marque el final de un camino y el inicio de otro bien diferente. Toda nuestra moral, nuestras leyes y nuestra cultura están cimentadas sobre gestos y símbolos muy poderosos que hicieron en el pasado las personas que nos precedieron. Es necesario que los políticos de la Comunidad de Madrid realicen un gesto contundente que nos ayude a trabajar juntos. Una petición pública de perdón por parte de todos ellos a la ciudadanía sería algo que realmente podría marcar ese “nuevo comienzo”.

Garantizar las ayudas para la creación de empleo y vivienda dignas, que ayude a las personas y a las familias un contexto de bienestar necesario. Se ha demostrado durante la pandemia la precariedad en la que se vive en algunos barrios de Madrid, donde “acampó” el virus a sus anchas por no poder vivir el confinamiento. Muchas personas viviendo en juntos en condiciones imposibles y trabajos precarios que no se podían dejar.

P.- ¿A qué otro candidato/a le diría que no si le propone ser consejera de su Gobierno?

R.- No nos fijamos en candidatos o partidos. Nos fijamos en las propuestas y en las acciones. No tenemos enemigos. Pero denunciamos con firmeza las acciones que atentan contra la convivencia, la paz y los derechos humanos.

P.- Candidata y ciudadana: ¿Cómo ha vivido los últimos acontecimientos de la campaña: el cartel de VOX y los MENA, los sobres con balas al candidato de Podemos, el debate de la Ser? ¿Se está llevando al límite la política embriagándola de polarización y espectáculo?

R.- Lo primero es decir que, evidentemente, condenamos todo acto de violencia. La acción que más me ha disgustado de esta campaña, sin duda, ha sido el cartel de VOX en el que aparece un supuesto menor extranjero, con una máscara, como si fuera un delincuente bajo el lema de “protege Madrid”. Hemos denunciado esta acción ante la Junta Electoral por parecernos una clara instigación al odio.

La demagogia y falsedad de las cifras la veníamos viendo desde hace tiempo y era muy preocupante, pero aquí se ha dado un paso muy peligroso y, honestamente, pensamos que la Justicia y todas las instituciones de nuestra comunidad debemos reaccionar. Creo que es lo más grave que ha hecho jamás un partido político en campaña electoral en la Comunidad de Madrid. Sobre las balas al candidato de Podemos y también las agresiones al mitin de VOX, pensamos que es terrible. Como ya he dicho, cualquier acto de violencia es inadmisible. Pensamos también que los políticos debemos tomar conciencia que, cuando sembramos paz, recibimos paz, y cuando sembramos confrontación, recibimos confrontación.

El debate de la Ser es, en efecto, un espectáculo. Si pensamos que la palabra político viene de “polis” y que “polite” significa en inglés “educado”, podemos darnos cuenta hasta qué punto está desvirtuada esta profesión que, como dice el Papa Francisco, debería ser la profesión más noble en la búsqueda del bien común. Pero, aún así, mucha gente votará por lo que piensa que es “útil”, aunque solo sirva para generar un clima cada vez más crispado y un sistema cada vez más inestable, con legislaturas cada vez más cortas y elecciones cada vez más frecuentes y sin posibilidad de construir nada. Recuerda a la casita de los cerditos imprudentes que solo miran al corto plazo y son después derribadas por un soplido. ¿Son realmente útiles esas casitas? No es desde luego lo que dice la moraleja del cuento. Tampoco lo que dice el evangelio de construir la casa sobre roca…

P.- Después del espectáculo dantesco de una campaña donde se ha gritado mucho y hablado poco de los problemas reales de la ciudadanía, ¿es posible esa “caridad política” que plantea el Papa en ‘Fratelli tutti’?

R.- No solo es posible, sino que es imprescindible y creo firmemente que es lo que terminará sucediendo. La historia nos demuestra que la humanidad no avanza siempre de forma lineal y sin cambios de rumbo. Si hoy lo hiciera, tendrían razón todos esos libros que pronostican el desastre. Nosotros pensamos que cuando la moral y la cultura llevan un rumbo que lleva a la sociedad hacia el barranco, surgen siempre personas que avisan de la necesidad del cambio de rumbo. Y, aunque generalmente esas personas son ignoradas, ridiculizadas y atacadas por la sociedad, finalmente la sociedad termina dándose cuenta y termina recapacitando.

Son miles los ejemplos en la historia en los que la sociedad cambia de rumbo gracias al trabajo de estas personas. Quiero ser una de esas personas. Creo firmemente que la política puede ser de otra forma. Que realmente podemos buscar el bien común mediante el diálogo y la escucha entre personas que pensamos diferente.

P.- ¿Es Belén Blanco una política ‘Fratelli Tutti’?

R.- Desde luego quiero serlo. Cuando uno lee las palabras del Papa, “reconocer a cada ser humano como un hermano o una hermana y buscar una amistad social que integre a todos no son meras utopías. Exigen la decisión y la capacidad para encontrar los caminos eficaces que las hagan realmente posibles.” (FT.180), no puede por menos que sentirse identificado e interpelado.  De igual manera, cuando nos plantea “también en la política hay lugar para amar con ternura” (194) recibimos un mensaje que nos desafía a todos a ser actores políticos y dirigir uniendo cabeza, corazón y manos; recuperando el cuidado, la fraternidad, la solidaridad y la esperanza como valores imperantes en la política.

P.- ¿Cómo se supera el miedo de que los padres de tus alumnos o los religiosos marianistas la etiqueten o cuestionen por encabezar una lista electoral?

R.- Creo que lo primero es que les preguntaras a ellos cuáles pueden ser esos miedos. Se puede ver con miedo cuando se concibe la política (como ocurre de forma mayoritaria) como algo relacionado con el interés personal, o como una dimensión exclusivamente privada de la persona y no con la visión que antes he señalado a través de las palabras de Hanna Arendt. Pero también se puede ver como reto u oportunidad. Y yo lo veo así, en primer lugar, porque es una manera de testimoniar un compromiso y un servicio. En segundo lugar, porque es una manera de abrir la posibilidad de que muchas otras personas vean la política de otra forma.

Cuando dos personas se están peleando, alguien tiene que arriesgarse y salir a poner paz.  Yo he salido a hacerlo, siguiendo a muchos que lo han hecho antes que yo. Y después de mí vendrán muchísimos más. Siempre me ha guiado la frase “fijos los ojos” en lo que sostiene y da fuerza. Él no lo tuvo fácil, pero se entregó…

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