Los obispos de América Latina y el Caribe celebran su día con la Fiesta de Santo Toribio

Fue declarado en 1983 patrono del episcopado latinoamericano por el entonces papa Juan Pablo II

 

Santo Toribio de Magrovejo, patrono de los obispos latinoamericanos

Este 27 de abril es el Día del Obispo en honor a Santo Toribio Alfonso de Mogrovejo, por ello Miguel Cabrejos, presidente del Consejo Episcopal Latinoamericano (Celam), en un mensaje, ha enviado una salutación a todos sus hermanos en el continente.



“Cuando avanzamos hacia nuestra primera Asamblea Eclesial de América Latina y el Caribe, nos sentimos movidos a continuar su legado, particularmente en este tiempo de escucha y sinodalidad”, expresó el prelado.

Además Cabrejos destacó que “este santo supo cruzar orillas geográficas, culturales, existenciales y, sobre todo, las orillas del amor fraterno y de la caridad, despertando procesos en la vida de las personas para que la fe se arraigue y sea significativa”.

Constructor de la unidad eclesial

El presidente del Celam recordó las palabras del papa Francisco en su visita a Perú en 2018 cuando exaltó las virtudes de este santo que llegó “ahí donde se gestan los nuevos relatos y paradigmas”.

Por ello Santo Toribio es considerado “el constructor de unidad eclesial” como lo definió san Juan Pablo II proclamándolo como patrono del episcopado latinoamericano en 1983.

Nació en Mayorga (España) el 18 de noviembre de 1538. Desembarcó en el puerto de Paita (Piura) en marzo de 1581 e ingresó a Lima, el 12 de mayo del año siguiente, donde convocó el III Concilio limense para abordar la evangelización de los pueblos indígenas.

De sus 25 años como obispo, dedicó 17 a recorrer aproximadamente 40.000 kilómetros para realizar visitas pastorales. Celebró 13 sínodos y en 1591 crea el Seminario de Lima.

Protector de los indígenas

Cabrejos –citando al Papa– aseveró que Santo Toribio “supo cruzar orillas geográficas, culturales, existenciales y, sobre todo, las orillas del amor fraterno y de la caridad, despertando procesos en la vida de las personas para que la fe se arraigue y sea significativa”.

Por ello es considerado el ‘Protector de los Indígenas’, puesto que de las asambleas que promovió surgieron importantes normas pastorales con textos de catecismo en lenguas quechua y aymara.

“El Santo Toribio cayó enfermo en Pacasmayo, fatigado por sus extensos viajes y el duro trabajo. El 23 de marzo de 1606 muere en Zaña, el infatigable misionero y gran organizador de la Iglesia sudamericana”, concluyó.

Foto: Archivo

Noticias relacionadas
Compartir