Los obispos de Guatemala piden al gobierno equidad y pronto acceso a la vacuna anti-Covid

El Episcopado guatemalteco llamó también a los países desarrollados a ser solidarios con los que menos tienen; el país centroamericano ha registrado hasta el momento 6.6 mil fallecidos

La Sección Nacional de Salud de la Conferencia Episcopal de Guatemala pidió al gobierno el acceso a las vacunas contra el Covid-19, con equidad y prontitud, y a los países desarrollados su solidaridad con los que menos tienen.



En un mensaje firmado por el cardenal Álvaro Ramazzini, quien encabeza dicha sección episcopal, los obispos también exhortaron a los fieles a vacunarse: “por mí y por ti, está en juego mi vida y la de los demás”.

En la caridad de Cristo

Guatemala suma al momento 6,619 muertes y más de 185 mil contagios por Covid-19; la vacunación inició en ese país el 25 de febrero con un lote de vacunas donadas por Israel y la India, y el 11 de marzo ingresó el primer lote de vacunas compradas: 81,600 dosis de la vacuna AstraZeneca.

Las vacunas serán aplicadas según el plan establecido por las autoridades sanitarias: en la primera etapa, a personal de salud con mayor exposición al virus y trabajadores esenciales; en la segunda etapa, se aplicará a mayores de 70 años, y así sucesivamente hasta cubrir a toda la población.

En ese contexto, los obispos guatemaltecos explicaron que la relación con la persona enferma encuentra una fuente inagotable de motivación y de fuerza en la caridad de Cristo.

Vacunación voluntaria e informada

El episcopado hizo un llamado a los obispos, sacerdotes y laicos a seguir promoviendo las medidas de prevención que detengan la expansión del Covid-19, así como a informar con sustento científico y cristiano la utilidad de las vacunas, y promover la vacunación voluntaria e informada.

La Sección Nacional de Salud dijo compartir la preocupación del papa Francisco sobre la situación de la pandemia en el mundo, por ello, lanzaron una campaña de apoyo a la vacunación para detener el avance de la pandemia provocada por el SARS-CoV-2.

Finalmente encomendaron a “María, madre de misericordia, a todas las personas enfermas, a los agentes sanitarios, a quienes se mantienen del lado de los que sufren, y a todos los cristianos para que sostenga nuestra fe y nuestra esperanza, y nos ayude a cuidarnos unos a otros con amor fraterno; que el Señor los bendiga”.

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