El consejo de Francisco a los profesores estadounidenses: “Hace falta actuar con el estilo del samaritano”

El Pontífice inaugura con mensaje en vídeo el Congreso de la Educación Religiosa organizado por la Archidiócesis de Los Ángeles

El papa Francisco ha abierto, con un vídeomensaje, el Congreso de la Educación Religiosa organizado por la archidiócesis de Los Ángeles que se celebra, de forma virtual del 18 al 21 de febrero. Una cita para que los organizadores han elegido el lema: “¡Proclama la Promesa!”. El Pontífice ha dicho, en español a los participantes, que “necesitamos anunciar y recordar que tenemos la promesa de Dios y que Dios siempre cumple sus promesas”.



El valor de las crisis

“La pandemia ha marcado la vida de las personas y la historia de nuestras comunidades. Ante esta y otras realidades es necesario construir el mañana, mirar el futuro, y para ello hacen falta el compromiso, la fuerza y la dedicación de todos”, apeló el Papa. Para Francisco “hace falta actuar con el estilo del samaritano, que implica dejarse golpear por lo que veo, sabiendo que el sufrimiento me va a cambiar, y con el sufrimiento del otro me debo comprometer. Los testimonios de amor generoso y gratuito que hemos presenciado durante todos estos meses –tantos testimonios– han dejado una huella imborrable en las conciencias y en el tejido de la sociedad, enseñando cuán necesaria es la cercanía, el cuidado, el acompañamiento y el sacrificio para alimentar la fraternidad. Ellas y ellos han sido anuncio y realización dela promesa de Dios”.

Nuevamente ha recordado el pontífice el “principio universal” que de “la crisis nunca se sale igual, se sale mejor o se sale peor, pero nunca se sale igual. En las crisis se revela el propio corazón: su solidez, su misericordia, su grandeza, su pequeñez. Las crisis nos pone ante la necesidad de elegir y de optar y de comprometernos por un camino”.

Un deseo que ha trasladado especialmente a los jóvenes como transmisores de esperanza: “¡Ustedes jóvenes, sean los poetas de una nueva belleza humana, una nueva belleza fraterna y amigable!”, reclamó. “Soñemos como una única humanidad, como caminantes de la misma carne humana, como hijos de esta misma tierra que nos cobija a todos, cada uno con la riqueza de su fe o de sus convicciones, cada uno con su propia voz – pero sí– todos hermanos”, concluyó el papa Francisco citando la encíclica ‘Fratelli tutti’.

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