El último mensaje de Francisco en 2020: “Damos gracias a Dios por las cosas buenas que han sucedido durante la pandemia, que lamentablemente aún no ha terminado”

Ante un representativo grupo de fieles, el cardenal Giovanni Battista Re, como decano del Colegio Cardenalicio y en nombre del papa Francisco –aquejado de ciática–, ha presidido en la Basílica vaticana, en el último día del año civil, el rezo de las primeras vísperas de la solemnidad de san María, Madre de Dios. Una celebración que ha contado con un momento de adoración eucarística y el canto del himno litúrgico del ‘Te Deum’.



Buscando el sentido en medio de la pandemia

Durante esta tradicional oración de agradecimiento, el decano ha leído la homilía preparada por el papa Francisco para esta su última celebración de este 2020 marcado por la pandemia. La actitud de “la acción de gracias por el año que está llegando a su fin” puede “parecer forzado, casi chocante, dar gracias a Dios al final de un año como este, marcado por la pandemia. Pensamos en las familias que han perdido uno o más miembros, en las que han estado enfermas, en las que han sufrido soledad, en las que han perdido su trabajo…”

Ante esta realidad, leyó el cardenal Re “la respuesta de Dios sigue el camino de la encarnación”. Comentando la parábola del buen samaritano señaló que así “tal vez podamos encontrar un ‘sentido’ de este drama que es la pandemia, como de otros flagelos que azotan a la humanidad: el de despertar en nosotros la compasión y provocar actitudes y gestos de cercanía, de cuidado, de solidaridad”.

Solidaridad silenciosa

Por esto sobre todo, señaló el purpurado en la homilía del Papa, “damos gracias a Dios: por las cosas buenas que han sucedido en nuestra ciudad durante el confinamiento y, en general, durante el tiempo de la pandemia, que lamentablemente aún no ha terminado”. “Hay tanta gente que, sin hacer ruido, ha tratado de hacer más soportable la carga de la prueba”, añadió.

“Los trabajadores de la salud –médicos, enfermeras, voluntarios– están en primera línea, y por esta razón están siempre en nuestras oraciones y merecen nuestra gratitud; como también muchos sacerdotes, religiosos y religiosas”, destacó. “Nuestro agradecimiento se extiende a todos aquellos que se esfuerzan cada día por llevar adelante sus familias y su servicio al bien común de la mejor manera posible”.

En este sentido, en la homilía de destacó “en particular en los directivos y profesores de las escuelas, que desempeñan un papel esencial en la vida de la sociedad y que tienen que hacer frente a una situación muy compleja. Pensamos también con gratitud en los administradores públicos que saben aprovechar todos los buenos recursos presentes en la ciudad y el territorio, que se desprenden de los intereses privados e incluso de los de su propio partido, que buscan verdaderamente el bien de todos, empezando por los más desfavorecidos”.

“Todo esto no puede suceder sin la gracia, sin la misericordia de Dios”, ratificó. “En el fondo, aunque no lo piensen ellos mismos, están impulsados por la fuerza de Dios, que es más poderosa que nuestro egoísmo”, destacó Re leyendo la homilía de Francisco. “Y mirando al futuro que nos espera, imploramos de nuevo: ‘Que tu misericordia esté siempre con nosotros, en ti hemos esperado’”, concluyó.

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