Como es habitual, en su regreso del viaje apostólico a Bulgaria y Macedonia del Norte, el papa Francisco se puso a disposición de los periodistas que le han acompañado en el vuelo papal. Antes de aterrizar en Roma poco antes de las 8 de la tarde, el pontífice repasó algunos de los momentos destacados de su visita, recordó al fallecido Jean Vanier y afrontó cuestiones eclesiales de actualidad, como el estudio que se ha estado desarrollando en el Vaticano sobre las diaconisas.
Sobre este tema, el Papa ha dado a entender que tras dos años de trabajo, la comisión que ha estado estudiando la posible creación de diaconisas no ha llegado a un acuerdo unánime. En los diálogos se han manifestado opiniones “muy diferentes” y ahora se debe abordar “cómo seguir adelante” con el tema ya que en el grupo de estudio “están de acuerdo, pero solo hasta cierto punto”.
Confirmó que se están estudiando las tesis presentadas por los demás, ya que es necesario “pensarlo con visiones distintas a las del diaconado masculino, por ejemplo en las fórmulas de ordenación” investigadas en la comisión, que históricamente han sido distintas. Francisco ha ahondado en este ejemplo señalando que se parecen más bien a las actuales bendiciones de las abadesas. “Había diaconisas en los primeros tiempos, pero ¿era ordenación sacramental o no?”, señaló Francisco haciéndose eco de los trabajos de la comisión que ha señalado que las diaconisas participaban en el bautismo por inmersión o la unión postbautismal o en otros momentos canónicos.
Para Francisco, al no existir “certeza” de que realmente hubiese ordenación diaconal. Por lo tanto el proceso sigue abierto, ante esto Francisco sentenció: “No tengo miedo al estudio”. Las superioras religiosas reunidas en Roma en asamblea, por su parte, esperaban una declaración al respecto en la audiencia papal del próximo 10 de mayo. Francisco ha puesto de manifiesto también que en el cristianismo no se desarrolló el sacerdocio femenino, tan presente en el paganismo.
Mística del respeto entre las religiones
A propósito del viaje, Francisco ha resaltado las peculiaridades de los dos país que ha visitado. De hecho recordó que por Macedonia –que ahora busca “consolidar su identidad como país” tras una larga existencia como “pueblo”– “entró el cristianismo en Europa” ya que un macedonio anunció el mensaje al apóstol Pablo. Al Papa le han conmovido momentos como la celebración de las primeras comuniones o el trabajo de las Misioneras de la Caridad. En ambos países ha destacado “la buena relación entre los diferentes credos”. Para Bergoglio “en general las relaciones son buenas y hay buena voluntad” para vivir una “auténtica mística del respeto”.
Además, el pontífice preguntado por si estaba cansado ha dicho que “no se cansa en los viajes” que él “se olvida de todo para estar ahí”. Y es que para Francisco los viajes no son una “gira turística”, son “un don y creo que el Señor me da fuerza”. “Al terminar sí que estoy cansado”, bromeó diciendo espontáneamente: “No voy a ninguna bruja”.
Recuerdo a Jean Vanier
Francisco también ha querido recordar, al comienzo de su encuentro con los periodistas, al laico Jean Vanier, inciador de El Arca y muerto en París. El Papa confesó que le llamó por teléfono hace una semana “aunque él apenas podía hablar”. Para Bergoglio fue “un hombre que supo leer la fuerza cristiana en el misterio de la muerte, de la cruz, de la enfermedad”. “Ha trabajado no sólo por los más pequeños, sino también por aquellos que antes de nacer son condenados a muerte”, confesó.
