Las calles de París se llenan de vigilias improvisadas para rezar tras el incendio de la catedral de Notre Dame

Incendio en la catedral de Notre Dame de París

Mientras los bomberos se esforzaban por la noche en controlar el fuego e impedir que las llamas llegasen de forma letal a las torres de la fachada principal, parisinos y visitantes han contemplado y rezado desde las inmediaciones el incendio que ha sufrido este Lunes Santo la catedral de Notre Dame, durante la misa de la tarde.

El ‘Ave María’ ha resonado en las vigilias improvisadas de los puentes cercanos o mientras las campanas de la capital han tañido llamando a la oración por invitación del arzobispo de París, Michel Aupetit. Él mismo se sumó a uno de los grupos que se reunió a rezar junto a la fuente de Saint-Michele, en pleno barrio latino. Mientras se desarrollaban estas celebraciones espontáneas, las autoridades fueron confirmando que la estructura de la catedral se mantendría en pie o cómo se iban controlando los distintos focos. 

París se siente huérfana

Entra las intenciones de quienes se agolpaban a rezar en el entorno han estado los cerca de 500 bomberos que han trabajado intensamente por contener el incendio. Los puentes sobre el Sena que rodean la isla fluvial en la que está situada la catedral se convirtieron, más allá del cerco de seguridad, en transeptos al aire libre en el que evocar suspiros y esperanzas.

Los chorros de agua se fusionaron durante el atardecer, como si se tratase de un retablo de la desgracia. Muchos habían rezado allí dentro del templo y ahora lo hacen entre lágrimas en la distancia. Algunos sacerdotes han recibido la ordenación frente a la imagen de la Virgen. Los católicos franceses sienten estar perdiendo “la hija mayor de las iglesias de Francia”. Ven desvanecerse el lugar al que, más allá de la fe de cada uno, los franceses acudían en silencio en los momentos de tragedia.

Las plegarias marianas, fundamentalmente el rosario, no han faltado en los corrillos improvisados de oración con la manos unidas, ya que el templo estaba dedicado a Nuestra Señora. El desplome de la aguja central sobre el crucero, ha dado pie a los creyentes a compartir sus recuerdos sobre la iglesia más emblemática de París y que se preparaba para acoger la Misa Crismal, con más de 600 sacerdotes, y las principales celebraciones de la Semana Santa.


Por su parte, el rector del templo, Patrick Chauvet, ha confirmado que se han salvado las principales reliquias del tesoro de la catedral, otros retablos o el coro de madera del siglo XIV se dan por perdidos. Las oraciones de esta noche se sumarán a otras tantas de la historia. Como aquella de Esmeralda, la gitana de la historia del Jorobado de Notre Dame cuando decía: “No pido nada, sólo seguir… pero hay quien no puede, apenas vivir. Dale a mi pueblo, tu bendición… Guarda a esos hijos, en tu corazón, también mis gentes son hijos de, Dios…”

Pensando en la reconstrucción

La reconstrucción es ya desde ahora uno de los objetivos prioritarios. Antes de que se controlase el incendio, la Fundación francesa para el Patrimonio anunció que desde este mismo martes a partir del mediodía se pondrá en marcha una “colecta nacional” a través de su página web. Esta solución inmediata también había sido sugerida por el presidente de los senadores republicanos, Bruno Retailleau, quien reclamó “una gran suscripción nacional” para reconstruir la catedral.

En la misma línea se ha manifestado el presidente Emanuel Macron al señalar categóricamente que “vamos a reconstruir la catedral de Notre Dame todos juntos”. Para el político, la catedral era un auténtico “epicentro” vital y por eso se pondrá en marcha “una suscripción nacional y más allá de las fronteras de Francia” y para su reconstrucción, ha asegurado, que se contará con “los mayores talentos”.

Esta tarea, para Eric de Moulins-Beaufort, presidente de la Conferencia Episcopal Francesa, llevará “años de trabajo”. El actual gran proyecto de restauración tenía prevista una inversión de 150 millones de euros. La ingente documentación sobre los planos y los datos arquitectónicos de Notre Dame facilitarán la fidelidad en estos trabajos. Notre Dame está llamada ahora a resurgir de sus cenizas.

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