“La Gloria de Dios es el hombre vivo” (San Ireneo)
En estos días, hemos tenido momentos para reflexionar sobre nuestra historia, leída en el sentido de nuestra finalidad y propósito o proyecto en construcción del hombre, como decía san Ireneo: “la gloria de Dios es el hombre vivo” (“Gloria Dei, vivens homo”).
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La brevedad de la vida humana
El salmo 90, 10 nos recuerda que el hombre es un recuerdo fugaz en el tiempo: “Aunque uno viva setenta años, y el más robusto hasta ochenta, la mayor parte son fatiga inútil, porque pasan aprisa y vuelan”. El salmista medita sobre la brevedad de la vida humana y sobre la eternidad de Dios, expresar nuestra pequeñez del ser hombre frente a la eternidad de Dios.
Este salmo tiene un carácter de fatiga inútil por su mismo límite temporal, frente al tiempo eterno de Dios ¿Qué son mil años en tu presencia? Si la mayor parte son fatiga inútil.
Job confiesa: “mis días han sido más veloces que un correo” (Job 9, 25-26). Será que la vida es tan fugaz y espontánea que se va en un suspiro. Pero el mismo hombre aunque sea su vida breve tiene sentido en la medida que se desgasta y encuentra sentido a lo que hace: ¿Por qué hacemos lo que hacemos?
¿Cómo contemplar a Dios en el tiempo?
Hablar de plenitud en nuestra vida, se convierte en algo que poco meditamos, contemplamos o nos atrevemos a pensar, porque solo encontramos sentido si nuestra vida y tiempo está llena de cosas, a veces detenernos a pensar sobre el sentido nos cuesta mucho, no solo para los filósofos o teólogos o biblistas, sino para todos los seres humanos, siempre nos sentimos confrontados por lo limite, el tiempo sigue siendo una limitante del hombre, quisiéramos extendernos, vivir la plenitud, encontrar el verdadero sentido a nuestra vida y siempre nos vemos frágiles.
¿Qué es el hombre?
Es la gran pregunta fundamental de la fragilidad del hombre, el salmo 8, 2 nos contextualiza: “Señor, dueño nuestro, ¡qué admirable es tu nombre en toda la tierra!” y en el vers. 5 y 6: ¿Qué es el hombre, para que te acuerdes de él, el ser humano para darle poder? Lo hiciste poco inferior a los ángeles lo coronaste de gloria y dignidad”. El salmista se encuentra admirado por el hombre, creado por Dios.
¿Cuál es la belleza de la creación?
Es la honra del hombre que se exalta ante la belleza de la creación, la misma naturaleza le habla al hombre de hoy, solo que nos cuesta contemplarla con el corazón y detenernos un momento a reflexionar sobre su misma belleza. Lo cierto es que el hombre sigue en búsqueda de su plenitud.
¿Cuáles son nuestras búsquedas?
Por eso, quiero expresar brevemente las búsquedas que tenemos a diario, no solo del sentido de la vida hoy, sino de la verdad del hombre hoy. Sin tapujos, con realismo y sinceridad.
No quiero ser conformista en esta búsqueda, pero las palabras son una forma de liberar lo que muchas veces sentimos, pensamos y muy poco expresamos, aun así, siguen quedándose muy cortas, para la profundidad de lo que se quiere decir e incluso de las mismas formas y expresiones que a veces no alcanzamos con el discurso escrito, a veces no es lo que se dice o lo que escribimos, sino lo que a partir de la reflexión inspiramos o seguimos meditando y contemplando.
Una fuente de inspiración
La misma vida, es una fuente diario que nos inspira, la naturaleza, el encuentro con el “otro” a diario. Por ende, algunas propuestas para el hombre de hoy tiene que ver con la propuesta de nuestro ser en continua búsqueda del amor y la verdad. No es fácil hablar hoy en día del evangelio del amor o la propuesta del verdadero camino que nos presenta Jesús, porque estamos en un mundo de intereses mezquinos y nos movemos por intereses individualistas.
Nos cuesta ser solidarios con los hermanos más próximos, a veces, mostramos un rostro fuerte y no aceptamos las falencias o defectos de una persona cercana a nosotros. Porque es fácil ser luz hacía fuera, pero el viaje más difícil es el de vencerse a sí mismo.
Somos seres en continua búsqueda
En una sociedad de corrupción y de enriquecimiento fácil, dónde se presentan atajos, vida facilista e incluso propuestas exitosas, nuestra vida quiere ser constructores de Verdad y solidaridad. La Verdad es Jesucristo que proclamo: “Yo soy la verdad…” en el evangelio de san Juan 14,6. ¿Cuál verdad defiende Jesucristo? ¿Por qué el hombre de hoy le cuesta decir la verdad?
Un camino o itinerario hacia la búsqueda de la verdad
En una sociedad de violencia y muerte, como nuestra Colombia y muchos otros países que sufren la secuela de la violencia en todas sus formas, hoy se nos invita a ser constructores del Amor y a defender la misma vida como don de Dios.
En una sociedad de venganza y de odio: la invitación de nuestra Iglesia es a ser obreros de reconciliación y de paz; en una sociedad de intereses personales y explotación al otro hasta esclavizarlo: la Iglesia nos invita a ser testigos de servicio y de generosidad; En una sociedad de marginados, desplazados y refugiados: la Iglesia nos invita a ser constructores de comunión, de justicia y fraternidad; en una sociedad que destruye la naturaleza y hace más imposible la habitación humana en el mundo, como lo expreso el papa Francisco en su encíclica “Laudato si” (el cuidado de la casa común), se nos invita a ser promotores de una ecología integral en pro del mismo hombre y del cuidado por el planeta tierra, ya que es nuestra común y a defenderla con toda su riqueza.
Por Wilson Javier Sossa López. Sacerdote eudista del Minuto de Dios
Foto: Pixabay