“¿Para qué sirven los arsenales si un puñado de personas infectadas es suficiente para propagar la epidemia y causar muchas víctimas?”, plantea la religiosa Alessandra Smerilli
El presidente del Episcopado católico, cardenal DiNardo, insiste en que “no se puede tolerar la violencia armada sin sentido en cualquiera de sus formas”
También el arzobispo de Texas se une a la crítica y reclama: “Necesitamos embajadores de paz, no guerra”