Los obispos europeos abogan por una “paz sostenible” más allá de las armas

  • La COMECE ha elaborado una reflexión sobre los sistemas armados fabricados por la Unión Europea
  • Al mismo tiempo, la Iglesia ortodoxa rusa pide que no se bendigan las armas de destrucción masiva

La Comisión de las Conferencias Episcopales Europeas (COMECE) ha señalado, por medio de un comunicado acerca de los sistemas armados sin tripulación publicado hoy, 1 de julio, que “desde la perspectiva de la Iglesia católica, los objetivos estratégicos de las políticas de seguridad y defensa europeas” deben gestionarse desde una perspectiva que garantice “la seguridad humana duradera y la paz sostenible”.

En este sentido, la reflexión, que se produce en un momento en el que la Unión Europea está desarrollando iniciativas para fomentar la cooperación industrial entre los Estados miembro, recalca que “las tecnologías deben estar al servicio de la seguridad de las personas, las familias y las comunidades”.

“Las prioridades de las respectivas iniciativas de la UE, incluyendo su apoyo financiero para el desarrollo de tecnologías militares innovadoras”, han señalado, “deben ser guiadas y evaluadas por estos puntos de referencia centrados en las personas”. Asimismo, el texto describe algunos riesgos potenciales de seguridad, legales y éticos “derivados de los sistemas armados, como las máquinas de control remoto o las armas automatizadas y autónomas”.

Respetar los derechos humanos

Los obispos europeos recomiendan, para abordar estos desafíos en materia militar, que “las políticas relacionadas con la investigación, desarrollo, proliferación, exportación y uso de sistemas armados no tripulados deben”, en primer lugar, “respetar plenamente los principios de los derechos humanos internacionales y el derecho humanitario”.

Del mismo modo, han señalado la necesidad “de caminar hacia la armonización global de las normas legales, de seguridad y éticas”, así como “garantizar la transparencia del software de inteligencia artificial utilizado en estos sistemas” y “expresar una clara prohibición de los sistemas armados completamente autónomos sin un control humano efectivo”.

De forma paralela, una comisión de estudio de la iglesia ortodoxa rusa ha señalado que las bendiciones que, tradicionalmente, se imparten antes de entrar en combate no deben extenderse a las armas de destrucción masiva. Y es que la comisión eclesial subraya la diferencia entre la bendición a los soldados y a máquinas cuyo objetivo es acabar con la vida de millones de personas.

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