Rafael Salomón
Comunicador católico

Contigo mi Dios


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Vengo a pasar un tiempo contigo Señor, disfrutando de tu presencia, cada segundo es tan valioso para mí, diría que este instante vale tanto que no hay oro, ni cantidad económica que se pueda comparar con lo que aquí se recibe, cerca de ti. Escuchar tu silencio Señor, que casi siempre me habla de tantas maneras en el susurro del viento, en el tiempo que parece estático y que, a tu lado, parece como si se detuviera.



Es sólo por estar cerca de ti, sin ninguna petición, simplemente hacerte compañía. A esta hora de la madrugada, donde pocas personas están despiertas, cuando el cansancio del trabajo diario exige quedarse en cama y descansar, reponer fuerzas para el día que en unas horas comenzará. Es cuando más disfruto estar contigo, cuando los sonidos más leves se intensifican, cuando nuestros sentidos perciben con mayor claridad todo lo que está a nuestro alrededor.

Es una hora atípica, pero íntima, nada mejor para acompañar a quien nos ha dado tanto amor, nuestro Dios. Se experimentan diferentes momentos en este pequeño lugar, casi se escuchan los latidos de mi corazón y es que la emoción es tanta, tal vez la profunda calma, el saberme solo contigo, me llena de tantas emociones y pensamientos que debo ordenarlos, pues lo que realmente deseo es hacerte compañía, estar contigo a esta hora tan particular.

A tu lado siempre va a ir bien

También es un tiempo de reflexión, en el que puedo ver con calma algunos aspectos de mi vida y veo tu mano y presencia en cada episodio, no puede ser nadie más que tú Señor, haciéndote presente, acompañándome y yo que quería hacerte compañía, veo que tu amor ha estado en todo momento conmigo, siempre tú primero, amándome antes que yo, entregándote sin medida.

rezar en el templo

Yo aún debo contar las horas para estar contigo y tú solo dejas pasar los siglos como si de un segundo se tratara, me has esperado durante tanto tiempo. Eres paciente y sé que este instante fue esperado por ti desde hace mucho tiempo atrás. Vivo con demasiadas preocupaciones y siempre contra reloj, pero cuando estoy contigo todo se detiene, nada importa, todo se centra en ti y el tiempo en tu presencia es algo que con nada se puede comparar.

Nada y todo, es una sensación extraña, llenas el vacío de mi corazón y dejas una saciedad única, sólo tu presencia es capaz de quitar toda la sed de mi alma y dejas la esperanza de que todo a tu lado siempre va a ir bien.

“Me estarás esperando”

Ya amanece y es la señal de que el tiempo, mi tiempo está avisando que debo volver a mis actividades, que a veces siento que son mecánicas y en ocasiones sin sentido, la vida a veces está diseñada para que nos olvidemos de ti, para que focalicemos nuestra atención en otra cosa, menos en tu amor. Debo reconocer que a veces me sucede, me extravío y me pierdo entre tantas señales ¡Qué desperdicio de tiempo!

Si supiéramos lo valioso que es hacerte compañía, seguro que lo haríamos con mayor frecuencia. Amanece y tengo que irme, pero prometo que regresaré a estar contigo mi Dios, para que todo vuelva a tener sentido. Sé que me estarás esperando, porque si algo tienes Señor, es paciencia infinita, nunca te has cansado de esperar mi respuesta, mi compañía ¡Gracias Padre!

“Pero mi felicidad es estar junto a Dios: He hecho del Señor mi refugio y proclamo todas sus acciones”. Salmos 73, 28