Rafael Salomón
Comunicador católico

Amar, alimentar y vestir a los pobres


Compartir

En algunas zonas de México hay enormes carencias materiales, hay familias que viven con un ingreso diario de poco menos de dos dólares, se trata de familias numerosas, seres humanos en situación de vulnerabilidad.



La mirada de algunos grupos de nuestra iglesia se centra en estos grupos, personas que están alejadas, muy retiradas de las grandes ciudades o que de manera urgente necesitan ayuda material y espiritual.

Estos jóvenes, además de soñadores, entregados a su apostolado (los conozco de hace más de dos décadas) siguen soñando con ese reino de amor, continúan desgastando sus vidas al servicio y lo hacen en donde más se necesita, con niñas y niños en situación de calle, ofrecen recursos a familias que viven en la periferia y siguen desgastando sus vidas por los más necesitados.

Me acaban de compartir su más reciente sueño, saben que muchos niños que viven en poblaciones remotas jamás en sus vidas han estrenado un par de tenis. Sí, lo has leído bien querido lector.

Nunca han estrenado un par de tenis y la propuesta de estos amigos es que 300 niños el próximo 6 de enero tengan como regalo unos tenis nuevos.

A mí también me ha costado asimilarlo y entenderlo, son niños entre seis y diez años que utilizan calzado que perteneció a alguien, es decir, “heredan” los zapatos de otros niños, debido a la situación precaria en la que se encuentran, pero en general nunca han sentido la experiencia de tener un par de tenis nuevos, es más, no saben lo que se siente caminar con calzado nuevo.

Es un proyecto lleno de amor, donde buscan dignificar a los niños en situación de pobreza dándoles la posibilidad de estrenar un par de tenis el próximo año. El grupo lo encuentras en Facebook como Valdocco Oratorio Digital, movimiento Salesiano.

En México una persona promedio compra cinco pares de zapatos para su uso, pero una familia que vive en pobreza compra en promedio 0.6 pares de zapatos al año.

Esto trae como resultado que niños ocupen calzado de segunda o tercera mano. Un niño en situación de pobreza en promedio durante sus diez primeros años estrenará tenis solo una vez. Infancias rotas, historias que no alcanzan a vivir pequeñas esperanzas, dolor constante y vidas con desilusión.

¡Felices y con tenis!

Un par de tenis tal vez no sea mucho, pero estoy seguro que esa acción marcará la vida de manera personal a cada uno de ellos ¡Felices y con tenis!

Gracias a mis amigos de Ministerio Gustavo Bertado, Pedro Segundo Garfias, Juan Antonio Espinosa y un gran equipo de personas quienes creen que el Reino de Dios es posible en estos tiempos, por cierto, el valor de cada par de tenis no es mayor a ocho dólares.

En esta ocasión en la sencillez de un par de tenis nuevos me ha sorprendido el amor. Amar a los pobres, comer con los pobres, vestir a los pobres.

“Amar a los pobres, servir a los pobres, cada día nos dan una nueva lección. Ayuda a los pobres, conoce sus nombres, hagámoslo juntos Jesús, por tu Reino de amor.

Servicio constante, entrega invaluable, duele tanto su hambre su frío y dolor”: Misionera del Sagrado Corazón, Sierva de Dios María Amada del Niño Jesús.