Todos los católicos nos sabemos vinculados a esta unidad expresada en el ministerio de Pedro, pero, a la vez, nos sentimos incómodos cuando experimentamos la tensión y la distancia que nos separa de sus opciones concretas
"No es extraño que los dirigentes de la Iglesia sientan que están andando sobre las aguas a la hora de afrontar los casos de abusos. No creo equivocarme cuando digo que sienten un escalofrío cada vez que deben afrontar uno o piensan lo que supondría tener que gestionar alguno de estos casos".