Un total de 1600 agentes pastorales de 13 jurisdicciones eclesiales del suroeste de Colombia han sido formados en ‘Iglesias particulares seguras y protectoras’, un proyecto promovido por la Conferencia Episcopal de Colombia (CEC), bajo el respaldo de la Conferencia de Obispos Católicos de Estados Unidos.
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Los talleres fueron realizados en Cali, capital de Valle del Cauca, y en Buenaventura, donde sacerdotes, seminaristas, religiosos y laicos analizaron el programa nacional de prevención de abusos y violencias.
El objetivo es fortalecer la prevención, la transparencia y la creación de entornos seguros en las comunidades eclesiales, explicó Ilva Myriam Hoyos, presidenta del Consejo Nacional para la Cultura del Cuidado.
Hoyos explicó que se han enfocado en dos temas clave: protección de menores y la atención de víctimas, porque es importante “dar voz al dolor de la Iglesia, actuar con claridad frente al abuso”.
Además de “pedir perdón a las víctimas y, al mismo tiempo, generar esperanza para construir una cultura de cuidado y transparencia”.
Temáticas abordadas
Hoyos detalló que analizaron aspectos como violencia sexual, abuso de conciencia, riesgos en medios digitales, legislación canónica, rutas legales de denuncia, así como fallos de la Corte Constitucional y lineamientos de la Conferencia Episcopal, todo ello “destacando la responsabilidad de denunciar dentro de la Iglesia”.
Por su parte, Luis Fernando Velásquez, arzobispo de Cali, indicó que este proceso de formación ha brindado una oportunidad para profundizar en la santidad y la responsabilidad de la Iglesia.
“Debemos transformar nuestras iglesias en espacios seguros, protectores, donde se anuncie siempre el amor del Señor, manifestado en respeto, cuidado y acogida”, agregó el prelado.
Voces protagonistas
Paula Andrea Bedoya fue una de las cientos de docentes que participaron de esta experiencia. Expresó que las sesiones “me ayudaron a reflexionar sobre cómo crear espacios seguros tanto en las aulas como en las parroquias”.
Mientras que para Jesse Marmolejo, un capellán, dijo que los talleres “evidencian que velar por la comunidad es un aspecto clave de la labor pastoral”.
Rubén Jaramillo, obispo de Buenaventura, sostuvo que “proteger a los demás forma parte del llamado de Dios, quien nos ha cuidado y nos pide ser guardianes del prójimo”. Por ahora, todos los participantes deben aplicar todo lo aprendido en sus parroquias.