El prelado Karl-Heinz Wiesemann aboga por “eliminar el tabú de toda esta problemática y permitir una decisión definitiva precisamente en este momento de madurez sacerdotal”
Sacerdote amenazado
El obispo de Espira, Karl-Heinz Wiesemann, ha celebrado su 40 aniversario como sacerdote defendiendo la posibilidad de una promesa de celibato temporal para los futuros sacerdotes. En una entrevista propone la abolición del celibato obligatorio para los sacerdotes y sugiere replantearse el ministerio espiritual del sacerdote como pastor generando múltiples reacciones.
El obispo, de 65 años, recomienda a alguien que se ordene en 2025 “escuchar, observar con atención y percibir la realidad con franqueza” frente a “quedarse solo en la propia burbuja”. Pero lo más polémico de una entrevista ha sido cuando afirma que aboga “por que se elimine el celibato obligatorio como condición para el sacerdocio”. “Seguimos necesitando el celibato como una importante forma de vida espiritual, en la que se aclara y se realiza la entrega total del sacerdote a este ministerio. Esto sigue siendo un importante proyecto de vida espiritual tanto para los religiosos como para los sacerdotes seculares. Pero creo que también puede haber otras formas de expresar y vivir esta entrega total a Cristo y a su Iglesia. Esto también es posible en el matrimonio y puede hacer brillar otros aspectos”, señala.
Para el obispo “debería suprimirse la vinculación exclusiva entre el sacerdocio y el celibato”, así “de este modo, la libre elección de este estado de vida y su significado espiritual y existencial podrían recuperar credibilidad en la sociedad”. En este sentido, propone que “tal vez podríamos aprender de la gran tradición espiritual de las órdenes religiosas, en las que primero se hacen votos temporales y solo después de un cierto tiempo de maduración en la nueva realidad se presenta la posibilidad de los votos perpetuos”.
Para esto, añade, hay que “eliminar el tabú de toda esta problemática y permitir una decisión definitiva precisamente en este momento de madurez sacerdotal podría aumentar considerablemente el poder testimonial del celibato”; así “el requisito previo para ello es que el ejercicio del sacerdocio no esté vinculado a la decisión definitiva de optar por el celibato”. “Estamos perdiendo a muchas personas muy válidas que no pueden o no quieren vivir el celibato. Y estamos perdiendo a otras tantas personas válidas que ni siquiera se deciden por el sacerdocio debido al celibato”, lamentó.