La Arquidiócesis de Guadalajara considera que este jubileo será “una gran oportunidad y de gran profundidad espiritual para la promoción vocacional”
Cardenal José Francisco Robles. Foto: Prensa Arzobispado de Guadalajara
El cardenal mexicano José Francisco Robles Ortega, de 76 años de edad, cumplirá en 2026 sus 50 años de sacerdocio; para celebrarlo, la Arquidiócesis de Guadalajara -pastoreada por Robles desde 2011- inició este 20 de julio un Año Sacerdotal que además, dijo esa Iglesia particular, “este año de gracia, es una gran oportunidad pastoral y de gran profundidad espiritual para la promoción vocacional, por lo que se estarán ofreciendo materiales litúrgicos y catequéticos para represar el ser del hombre-sacerdote”.
En sus redes sociales el arzobispo de Guadalajara agradeció a todos los sacerdotes de la Arquidiócesis de Guadalajara que se unieron desde sus comunidades (parroquias, cuasi parroquias, capellanías) “o se hicieron presentes este mediodía en la Eucaristía, para inaugurar el Año Sacerdotal“.
Este tiempo de gracia -refirió el cardenal- “es para reconocer el don del sacerdocio ministerial, unidos a la intención de agradecer a Dios los 49 años de mi ministerio, pedir perdón por mis pobrezas y limitaciones y, también, para rogar por el aumento de las vocaciones y la santificación de los sacerdotes”.
Agradeció también la presencia de hermanos y hermanas que, “con sus diferentes carismas, hicieron presente a la vida consagrada en la misa de hoy. Vi a familias que se unieron a la intención mencionada. Vi laicos comprometidos en distintos apostolados, grupos y ministerios en la vida de la Iglesia. A todos les agradezco mucho su solidaridad y su presencia, su cercanía espiritual para agradecerle a Dios por este regalo del sacerdocio ministerial. Culminaremos el año que entra, 20 de julio de 2026, Dios mediante, con la celebración de los 50 años del sacerdocio recibido de parte de este hermano suyo y servidor”.
Por su parte, en un mensaje dirigido a la comunidad, la Arquidiócesis de Guadalajara expresó su admiración por el cardenal Robles, “su figura de padre y pastor, sencillo y alegre, aportando siempre un discernimiento sereno y equilibrado, junto con una capacidad de escucha atenta a todos y un inteligente sentido del humor, que nace de haber estado en la presencia de Dios a través de la cotidiana oración, que llena de confianza y esperanza”.
Asimismo, hizo un llamado a ver en este Año Sacerdotal “la valiosa oportunidad de renovar la vida ministerial no como un privilegio adquirido o conquistado, sino como un estilo de vida que proclama la certeza de una vida más elevada, tan poderosa que mira al cielo como su verdadero destino, sin descuidar el compromiso de un mostrar al mundo un tesoro que llevamos en las vasijas de barro en la pobreza de nuestros dones”.