“Debemos decir ‘no’ a la guerra de palabras e imágenes, debemos rechazar el paradigma de la guerra”. Con este encargo, León XIV se presentó esta mañana ante los periodistas que han cubierto tanto el funeral de Francisco como el cónclave en el que resultó elegido. Aunque parte de los 7.500 comunicadores que han trabajado estos días en Roma han regresado a sus países de origen, esta mañana se encontraba una nutrida representación en el Aula Pablo VI.
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Nada más entrar por el lateral del auditorio, el Papa fue recibido con un largo aplauso. A esta acogida, respondió agradeciendo el apoyo: “Agradezco los aplausos tan extensos, que no me esperaba ahora al principio, sino al final”.
Desarmemos las palabras y ayudaremos a desarmar a la Tierra”, aseveró el Papa agustino, convencido de que “desarmar y desarmar la comunicación nos permite compartir una visión diferente del mundo y actuar de una manera coherente con nuestra dignidad humana”.
Buscar humildemente
El primer Pontífice norteamericano de la historia echó mano de la bienaventuranza de la paz, para invitar a los periodistas a “realizar una comunicación diferente, que no busque el consenso a toda costa, que no se vista de palabras agresivas, que no adopte el modelo de la competencia, que nunca separe la búsqueda de la verdad del amor con el que debemos buscarla humildemente”.
Al hilo de esta encomienda, el papa Prevost recordó que “la paz comienza con cada uno de nosotros: desde la forma en que miramos a los demás, escuchamos a los demás, hablamos de los demás”.
Defender la dignidad
En este primer encuentro con comunicadores, el Papa quiso mostrar “hoy la solidaridad de la Iglesia con los periodistas encarcelados por buscar y comunicar la verdad, la Iglesia exige su liberación”. Fue entonces cuando el Papa fue respaldado con el aplauso generalizado del auditorio. Es más, hizo hincapié en cómo la Iglesia “reconoce en estos testimonios —pienso en los que cuentan la guerra incluso a costa de sus vidas— la valentía de quienes defienden la dignidad, la justicia y el derecho de los pueblos a estar informados, porque sólo los pueblos informados pueden tomar decisiones libres”. Por si no fuera suficiente, compartió que “el sufrimiento de estos periodistas encarcelados desafía la conciencia de las naciones y a la comunidad internacional, que nos pide a todos que salvaguardemos el valioso bien de la libertad de expresión y de prensa”.
“Nunca cedamos a la mediocridad”, sentenció el Papa, consciente de que “vivimos tiempos difíciles para viajar y contar, que representan un reto para todos nosotros y del que no debemos escapar”.
🆕 #LeonXIV recibe en estos momentos a los medios que han cubierto el cónclave de su elección, entre ellos @Revista_VN pic.twitter.com/oHs1wIqfOm
— Revista Vida Nueva (@Revista_VN) May 12, 2025
El desafío del tiempo
Al hilo de esta cuestión, llevó a cabo un ejercicio de autocrítica en lo que a la comunicación eclesial se refiere: “La Iglesia debe aceptar el desafío del tiempo y, de la misma manera, no puede haber comunicación y periodismo fuera del tiempo y de la historia”. Para argumentarlo, echó mano de San Agustín, el fundador de la Orden a la que pertenece: “Vivamos bien y los tiempos serán buenos. Somos los tiempos” .
Además, León XIV reconoció además que la cobertura informativa se ha traducido en “días agotadores”, que también han permitido “narrar la belleza del amor de Cristo que nos une a todos y nos hace un solo pueblo, guiado por el Buen Pastor”. Al llegar a este punto, agradeció a los comunicadores su profesionalidad “para salir de los estereotipos y clichés a través de los cuales a menudo leemos la vida cristiana y la vida misma de la Iglesia”. “Gracias, porque has conseguido captar la esencia de lo que somos, y transmitirla por cualquier medio al mundo entero”, dijo justo después.
Espacios de diálogo
A la luz de esta reflexión, llamó a los periodistas a dejar a un lado una comunicación de “lenguajes sin amor, a menudo ideológicos o partidistas” para promover “la creación de una cultura, de entornos humanos y digitales que se convierten en espacios de diálogo”.
Al adentrarse en esta cuestión, sacó a colación el debate abierto sobre la inteligencia artificial que, para León XIV, tiene un “inmenso potencial, que requiere, sin embargo, responsabilidad y discernimiento para orientar las herramientas al bien de todos, para que puedan producir beneficios para la humanidad”.
Y en una nueva referencia al papa Francisco, hizo suyo su último mensaje para la próxima Jornada Mundial de las Comunicaciones Sociales: “Desarmemos la comunicación de todo prejuicio, rencor, fanatismo y odio”. Esto le permitió, al rematar su intervención, rechazar “una comunicación atronadora, muscular”. En cambio, el papa Prevost destacó la necesidad de “una comunicación capaz de escuchar, de recoger la voz de los débiles que no tienen voz”.