De los 133 cardenales que se encerraron ayer, 7 de mayo, en la Capilla Sixtina para elegir al sucesor de Francisco, había 10 provenientes de Estados Unidos: Timothy Dolan, Raymond Leo Burke, Blase Cupich, Daniel di Nardo, Wilton Gregory, James Michael Harvey, Robert McElroy, Joseph Tobin, Robert Prevost y el camarlengo, Kevin Joseph Farrell.
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De todos ellos, el presidente estadounidense, el republicano Donald Trump, solo citó estos días como favorito suyo (aparte de a él mismo, el día anterior a difundir el polémico montaje en el que se veía como pontífice de la Iglesia católica) a Dolan, siendo significativo que el arzobispo de Nueva York le bendijera en su toma de posesión presidencial en el Vaticano.
Espera una audiencia con él
Aunque es claro que Prevost no era ‘su’ hombre, Trump, a través de la red Truth Social, ha compartido su “emoción” ante el hecho de que, por primera vez en la historia, un estadounidense se vista de blanco. De ahí que sea “un gran honor” y ya esté deseando ser recibido en una audiencia por él: “¡Será un momento muy significativo!”.
En los próximos días y semanas comprobaremos cómo puede ser la relación entre el ya papa León XIV y Trump, pero hay algo que parece evidente: en un tiempo histórico en el que el presidente de Estados Unidos encarna el auge del populismo y el dominio de las élites, quien sigue la senda de la ‘Rerum novarum’ de León XIII va por otro lado: paz y justicia social.
