Felipe Arizmendi Esquivel, obispo emérito de San Cristóbal de Las Casas, es uno de los seis cardenales mexicanos que asistirán junto con 128 purpurados más al cónclave -cuya fecha aún no se ha anunciado- en el que se elegirá al nuevo Pontífice, después de que el 21 de abril murió el papa Francisco.
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En entrevista para Vida Nueva el cardenal Arizmendi compartió las tres virtudes principales que debería tener el nuevo Papa: “Nada está escrito en qué puede pasar, pero yo confío en la inspiración del Espíritu y en la sabiduría de mis hermanos cardenales, para que escojan a alguien que sea muy fiel a Jesucristo, muy fiel al Concilio Vaticano, y un magnífico servidor de la Iglesia, para que ésta sirva como luz, como esperanza, como fuente de vida para toda la humanidad en su compleja realidad de éxitos y fracasos, de dolores y esperanzas”.
Arizmendi manifestó que es legítima la preocupación por quién podría ser el nuevo Papa y “es legítimo que nos inclinemos por una u otra tendencia. Esto es señal de que no somos indiferentes, sino miembros activos de nuestra Iglesia. Pero no hemos de angustiarnos. El Espíritu Santo guía a la Iglesia y esperamos que nos conceda un Papa que sepa responder a los retos actuales internos a la Iglesia y lo que el mundo necesita de la Iglesia. Nuestra tarea es orar al Espíritu Santo, para que ilumine a los cardenales electores, más allá de intrigas o preferencias personales“.
Hacer oración y escuchar opiniones sobre posibles candidatos
PREGUNTA.- ¿Cuál sería su recomendación para los católicos ahora que se ha convocado a un cónclave? ¿Qué debemos hacer, cómo debemos actuar?
RESPUESTA.- Además de hacer oración, es importante escuchar opiniones sobre posibles candidatos y las características que debería tener el nuevo Papa, pero saber discernir lo que se dice y no aceptar como verdadero todo cuanto se comenta. Cada quien comenta lo que le parece mejor, pero cada quien debemos formarnos nuestra propia opinión.
Estar abiertos, pero no casarnos con una opinión. Los medios siempre tratan de vender la noticia que más público atraiga, pero hay que saber discernir tanta mentira que se difunde como cizaña para dañar el prestigio de la Iglesia, y quedarnos con el trigo, que es que la Iglesia es obra de Dios, con nuestros límites humanos.
Papa Francisco: “centrado en Jesucristo y entregado a servir”
Para concluir, el cardenal Arizmendi habló de lo que más le agradece al papa Francisco: “Su pasión por Jesucristo y su pasión por el pueblo. Su centralidad en Jesucristo y, precisamente por ello, su servicio a toda la humanidad. Además, su decisión de visitar a los indígenas en la Diócesis de San Cristóbal de Las Casas, el 15 de febrero de 2016. Gracias a su intervención, pudimos volver a ordenar diáconos permanentes indígenas. Gracias a él, hay más apertura en Roma hacia las traducciones indígenas de la Biblia y las adaptaciones del rito romano de la Misa a las culturas originarias”.
Recordó que tuvo varias oportunidades de compartir con el papa Francisco: “Fue un Papa centrado en Jesucristo y, precisamente por ello, entregado a servir no sólo al interior de la Iglesia, sino a toda la humanidad: pobres, migrantes, presos, excluidos, cambio climático, fraternidad universal, mujeres, guerras, etc.”.
El papa Francisco -destacó Arizmendi-“impulsó una Iglesia cercana al pueblo y solidaria con los dolores de la humanidad, al estilo de Jesús. Nos deja varios legados. Quiero resaltar lo que más me llama la atención de sus últimos mensajes, con ocasión de las fiestas pascuales de la Resurrección, que son como el motivo principal de su vida y de su servicio al frente de la Iglesia, y como su testamento“.