Más de 200 sacerdotes misionan en hospitales y cárceles de Bogotá durante la Semana Santa

Por cuarto año consecutivo la arquidiócesis de Bogotá anima esta jornada misionera cuaresmal para “llevar esperanza” a estas periferias exitenciales

Más de 200 sacerdotes misionan en hospitales y cárceles de Bogotá durante la Semana Santa

Festejar la esperanza. Bajo esta consigna más de 200 sacerdotes, acompañados de diáconos y laicos, han celebrado una jornada misionera cuaresmal en hospitales y cárceles de Bogotá durante esta Semana Santa.



Un camino discipular que por cuarto año consecutivo anima la arquidiócesis de Bogotá,en cabeza del cardenal Luis José Rueda, para llevar la Palabra de Dios a enfermos, familiares, personal de salud, privados de libertad como personal administrativo y funcionarios.

El Equipo de formación permanente y por la diaconía para el desarrollo humano integral ha planificado estas acciones pastorales en toda la capital colombiana, que incluye administración de sacramentos, eucaristías y labor social.

Ricardo Pulido, vicario episcopal de la diaconía para el desarrollo humano integral, aseguró que en estos cuatros años “hemos venido realizando una experiencia de misión cuaresmal de misericordia, queriendo profundizar en nuestro servicio a los hermanos más necesitados”.

“Esta misión es un pequeño signo de nuestra entrega sacerdotal y del deseo de dar, cada vez más, lo mejor de nosotros al llamado que Dios nos ha hecho en el servicio y acompañamiento de nuestros hermanos en las diferentes periferias existenciales”, apuntó.

Mision Hospital

Cimentar la fraternidad

Palpar el dolor en estas periferias existenciales, dar una palabra de aliento a quienes sufren y, en especial, dignificar la vida humana. Así se resume esta jornada misionera cuaresmal.

“Es una oportunidad para servir”, explica Pulido, toda vez que invitó a sus colegas sacerdotes, hermanos diáconos y laicos a sumarse a “este pequeño servicio enel Tiempo de Cuaresma, como signo de conversión, como signo del volver a la bondad de Dios”.

Mientras que Alejandro Díaz, obispo auxiliar de Bogotá, valora esta iniciativa como una expresión de “una Iglesia en salida, que acoge el llamado a la caminar juntos, fortaleciendo la comunión, participación y misión”.

“Cada vez que realizamos juntos acciones como estas, específicamente misioneras, el Señor acrecienta nuestra fraternidad sacerdotal, porque lo que más nos hermana es el trabajo por la causa del Reino”, señaló.

El obispo comentó que “la misericordia no es solo el bien brindado a los demás, es también el «cemento» de nuestra fraternidad. Le damos gracias a Dios que nos ha permitido ser una vez más hermanos en la misión”.

 

Anclados a la esperanza

Eliécer Montañez Grimaldos es capellán general del INPEC (Instituto Nacional Penitenciario) y director nacional de la Pastoral justicia y libertad del Episcopado. Celebra esta iniciativa y más todavía por ser “un año jubilar”.

Explica que con ello “tocamos la carne real de nuestro Señor Jesucristo en estos hermanos. Que este año jubilar, podamos nosotros convertir en signos de esperanza, los gestos de misericordia”.

Por su parte, Didier Hoyos, diácono permanente en Bogotá, asegurá que la Iglesia está abierta dónde “está la necesidad del ser humano, y esta misión permite abrirle las puertas a la reconciliación de tantas personas que están alejadas”.

Ser una Iglesia que acoge como camino de conversión, concluye el diácono, por lo que la misión del clero bogotano, apalancada por la entrega de vida religiosa y laicado, sigue anclada a la esperanza, porque “no defrauda”.

Confesion Carcel

Fotos: Oficina Arquidiocesana de Comunicaciones

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