“¿No vamos a acoger a una migrante que llega de una granja de mujeres?”. Es el provocador dardo que lanzó el cardenal arzobispo de Madrid, José Cobo, el pasado miércoles 9 de marzo, en el marco de un desayuno informativo organizado por el diario ‘La Razón’, en colaboración con la revista ‘Vida Nueva’. En el encuentro celebrado en la sede del diario del Grupo Planeta, Cobo estuvo arropado, entre otros, por Luis Argüello, el cardenal Aquilino Bocos, así como por los dos obispo auxiliares de Madrid, José Antonio Álvarez, y Vicente Martín.
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Al ser preguntado por las contradicciones de la política migratoria del actual Gobierno, el vicepresidente de la Conferencia Episcopal Española respaldo la propuesta lanzada por el presidente de los obispos y arzobispo de Valladolid, Luis Argüello, durante la Plenaria, cuando reivindicó un Pacto de Estado entre todos los partidos políticos. “Tenemos que sentarnos”, expuso Cobo, que lamentó que se va respondiendo a este asunto “a corto plazo” y como si fuera “algo puntual” cuando no lo es: “No se puede poner puertas al campo”. “No lo veo como un problema, sino como una oportunidad, también para la Iglesia, que ve cómo va cambiando su rostro gracias a los que vienen, pero celebrando la misma fe”, subrayó.
Doble rasero
En paralelo, condenó la doble moral a este respecto, puesto que “la realidad es que los migrantes están enriqueciendo nuestra sociedad ante la actual crisis demográfica, pero luego nos negamos a dar los papeles en regla a quienes están limpiando nuestras casas o cuidando nuestros mayores”. Por ello, defendió la Iniciativa Legislativa Popular promovida por la Iglesia que busca promover una regularización extraordinaria de medio millón de extranjeros. Fue entonces cuando puso sobre la mesa el caso de una joven nigeriana a la que ha conocido hace unos días y que había huido de una “granja de mujeres”. De la misma manera, recordó que en África “hay padres que sortean a sus hijos para ver quién va a Europa porque saben que el resto se le va a morir”.

MADRID, 09/04/2025.- El arzobispo de Madrid José Cobo protagoniza un desayuno informativo en Madrid, este miércoles. EFE/Chema Moya
En el coloquio, también se habló de la enfermedad del papa Francisco. “La cabeza va por delante del cuerpo, va recuperando la salud y la movilidad. Me consta que está gobernando y que la cabeza ni mucho menos la ha perdido”, remarcó Cobo, que descartó una dimisión papal inmediata: “No es el momento”.
Ocurrencia del Gobierno
En el diálogo que se planteó en el auditorio, también se abordó el acuerdo entre el Vaticano y Moncloa sobre el Valle de los Caídos. Además, se ha mostrado “perplejo” por las protestas que recibieron los obispos a las puertas de su sede, la semana pasada por el acuerdo para la resignificación. “La ocurrencia esta no ha sido nuestra, esto ha sido del Gobierno”, explicó, a la vez que apuntó que “todavía en diálogo con muchos agentes” y que la Iglesia no ha “marcado fechas” ni saben “qué proyecto va a haber allí”. “El Valle, a veces, hay gente que lo ha querido teñir de un color y ahora hay gente que lo quiere teñir de otro, la Iglesia no entra ahí”, reflexionó después. En cualquier caso, subrayó que la Iglesia está en Cuelgamuros “con una misión: orar por la paz”: “La Iglesia ha ido allí porque se la llamó, fue el Estado quien llamó a la iglesia y quiso que hubiera una abadía y una basílica pontificia”, ha apuntado Cobo.
En su intervención inicial, el cardenal Cobo expuso que “la misión que tenemos como Iglesia es “anunciar a Jesús, caminar con otros para transformar el mundo”, con retos tales como poner en valor a la familia y reconectar con los jóvenes. El purpurado mostró su preocupación “la soledad no deseada”, con una alerta especial sobre la creciente tasa de suicidios. También advirtió de otros problemas como los abusos intrafamiliares y la polarización reinante. No se olvidó de lo que presentó como “la invisibilidad de la pobreza”: “Madrid esconde ciudades invisibles dentro de Madrid, más allá de las chabolas”.