Rafael Cloquell
Después de Pablo de Rojas y su cura coctelero ‘fake’ que fueron expulsados, de la irrupción de José Ribeiro da Silva y el sacerdote-juez de boxeo Jesús Casas Silva, las ex monjas cismáticas de Belorado estrenan nuevo falso obispo: Rafael Cloquell. Como todos los anteriores, fue ordenado de manera ilícita a ojos de la Santa Sede, es sedevacantista y tacha al papa Francisco de “hereje”. Cuando se cumplen nueve meses del cisma de la Iglesia católica, la deriva sedevacantista de las clarisas cismáticas los ha llevado a una inestabilidad en lo que a los mentores espirituales se refiere.
Según se expone en un comunicado, se trata de Rafael Cloquell, otro falso obispo que no está reconocido por la Iglesia católica, que vendría a cubrir las necesidades espirituales de las ex monjas “de forma temporal”. De esta manera, vendría a sustituir al falso prelado brasileño que ha asesorado espiritualmente a las clarisas cismáticas desde el pasado verano.
Desde el equipo de comunicación de la comunidad cismática no se aclara si han roto con Ribeiro da Silva o Cloquell vendría a complementarse con él debido a los planes expansionistas del brasileño en América y Europa. De hecho, según ha podido constatar ‘Vida Nueva’, al menos hasta hace unos meses mantenían una relación fluida y prácticamente de alianza sedevacantista. De hecho, el pasado septiembre compartieron juntos un tiempo de convivencia en Madrid.
Pero, ¿quién es Rafael Cloquell? De origen valenciano, tiene 68 años y fue ordenado sacerdote de la llamada Iglesia Católica Latina Tradicional, esto es, otro grupo considerado una secta por la Santa Sede el 5 de julio de 1987 en Toulouse, de manos de Jean Laborie, un tradicionalista y negacionista del Concilio Vaticano II. Cloquell habría desarrollado su labor fundamentalmente en Alemania.
“Mi formación fue siempre huir de la deformación”, explica sobre su trayectoria este hombre que sostiene que con 14 años entró en un seminario del este de España. En Suiza conoció, según su relato, a Marcel Lefebvre, fundador de la corriente cismática ultraconsevadora más conocida de la Iglesia católica que, sin embargo, sí reconocen la figura del Papa y que mantienen desde hace décadas un diálogo abierto con Roma para una posible vuelta: “Estoy muy agradecido a Lefebvre, aunque no esté de acuerdo sobre la cuestión del Papa”.
Según el equipo de comunicación de las monjas cismáticas, habría sido ordenado conjuntamente por el norteamericano John E. Hesson y el polaco Olvier Oravec, en una capilla alemana en 1996, un acto a todas luces no reconocido por Roma. Según ha podido averiguar ‘Vida Nueva’ por otras fuentes, Cloquell habría sido consagrado por el eslovaco Oliver Oravec, que habría ordenado también falsamente a Hesson. En cualquier caso, todos pertenecerían a la misma rama sedevacantista del arzobispo vietnamita excomulgado Pierre Martin Ngô Đình Thục.
“Soy amigo de la comunidad, hago todo lo que haga falta por ellas, porque ellas buscan al Señor de verdad y están atacadas injustamente, vengo a sustituir y ayudar”, asegura el nuevo falso obispo sedevacantista, que no duda en asegurar que Francisco “para nosotros no puede ser Papa y hereje a la vez”.
El equipo de prensa de Belorado desvela que Cloquell habría sido el encargado de oficiar la primera pseudomisa celebrada en la capilla instalada en el restaurante que tienen previsto abrir las monjas en Asturias. “Nos han estado asistiendo varios sacerdotes y ahora hay un obispo español que está en Belorado y que van cambiando. No sabemos qué se aventurará a venir hasta aquí para asistirnos al menos para la misa dominical”, reconocía sor Sion hace unos días ante la presentación mediática de su nuevo negocio hostelero.
Según la ex consagrada, esperan “unificar” su obrador también en el enclave asturiano: los chocolates, las magdalenas… Además, reabrirán el criadero de perros por el que fueron multadas en Burgos. En cualquier caso, aseguran que, por el momento, no abandonarán el convento de Belorado.
Este anuncio se da a conocer cuando se acumulan en apenas un mes los sucesos histriónicos en torno a la comunidad excomulgada por Roma: su veto a participar en el festival gastronómico Madrid Fusión, el cobro indebido durante más de dos años de la pensión de una monja fallecida y la cuestionable venta de lingotes de oro por 130.000 euros.