“Con tristeza y con responsabilidad, pero también con esperanza, anunciamos que el próximo 15 de febrero la comunidad de hermanas clarisas del monasterio de Santa María de Pedralbes dejará esta casa, que tanto les ha dado y en la que han recibido tantas cosas buenas de la querida ciudad de Barcelona”. De esta manera ha anunciado la Federación de Hermanas Clarisas de Cataluña que ya había fecha prevista para que la comunidad abandone el convento.
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“Después de setecientos años toca decir: adiós, pero como dice la canción no es un ‘adiós para siempre’ porque siempre estaréis presentes en su corazón y en su oración“, continúa el comunicado. “Las hermanas de esta comunidad iniciarán una nueva etapa en su vida como clarisas, con ilusión y con la certeza de que, con esa decisión comunitaria, estando cumpliendo la voluntad de Dios”.
Esta decisión marca el final de una era en la que el monasterio de Pedralbes fue un importante centro espiritual y cultural para Barcelona. Desde su fundación en 1326, las monjas clarisas han sido parte esencial de la historia y del tejido social de la capital catalana, contribuyendo a la vida religiosa y comunitaria de la ciudad.
Ninguna alternativa
Sin embargo, ahora, las hermanas de la comunidad “viven este momento con responsabilidad porque hace ya tiempo que,
ven las limitaciones de una comunidad formada por personas de edad avanzada y sin releve generacional”. Asimismo, el comunicado señala que desde 2020 se ha estado “trabajando, seria y responsablemente, evaluando varias opciones para poder asegurar la continuidad de la vida comunitaria y fraterna en el monasterio de Santa Maria de Pedralbes”.
Y es que, habiendo analizado diversas posibilidades, las hermanas han asumido la dificultad de no encontrar ninguna alternativa “para poder sacar adelante la vida fraterna, la vida litúrgica, la oración, que es lo que da sentido a la Vida Consagrada Franciscana-Clariana”.
La Federación acaba el comunicado con una reflexión: “Actualmente, poco o nada se valora la Vida Consagrada, por lo que muchas instituciones religiosas han dejado de realizar su misión apostólica. Estas hermanas deben dejar este monasterio de Santa Maria de Pedralbes por la misma razón: en los últimos 30 años ninguna chica se ha planteado esta opción como posible por su vida”. “Éste evento”, continúan, “ojalá pueda ayudar a las familias a abrir esta posibilidad a sus hijas o hijos; a orar y trabajar por el evangelio de nuestro Señor Jesucristo; a vivir su vida familiar en cristiano para volver a llenar de vida y juventud nuestras iglesias, nuestras parroquias, los movimientos cristianos”.
Patrimonio valioso
Esta decisión marca el final de una era en la que el monasterio de Pedralbes fue un importante centro espiritual y cultural para Barcelona. Desde su fundación en 1326, las monjas clarisas han sido parte esencial de la historia y del tejido social de la capital catalana, contribuyendo a la vida religiosa y comunitaria de la ciudad.
Además de ser un referente espiritual, alberga un valioso patrimonio arquitectónico, artístico y cultural. A lo largo de los siglos, ha sido testigo de momentos clave en la historia de Barcelona y de la vida de la comunidad clarisa, que ha sido conocedor de importantes cambios sociales y religiosos. El cambio de sede de las monjas clarisas marca el cierre de un capítulo fundamental en la historia del monasterio, pero también abre un nuevo camino para la comunidad religiosa en su nueva ubicación en Vilobí d’Onyar.