Las ex monjas de Belorado confirman que han realizado una compraventa de oro como inversión y certifican que se trata de una “operación formalizada observando todos los requisitos legales”.
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Así lo expresa en un comunicado el abogado de las religiosas cismáticas, Florentino Aláez Serrano. De esta manera, rubrican la información publicada hoy por Diario de Burgos que desveló que la abadesa defenestrada por el Vaticano, sor Isabel de la Trinidad, vendió 1,7 kilos de oro en lingotes por un valor de 130.000 euros.
Sin interrogatorios
Lo excepcional de esta actividad habría llevado a la Policía Nacional a investigar si se trata de una operación legal y descartar que detrás haya un blanqueo de capitales o que procedieran de un robo o del mercado negro.
Desde Belorado, aseguran desconocer que haya “en este momento ninguna investigación policial en curso” y comparten que “hasta el día de hoy ninguna de las monjas ha sido interrogada ni informada acerca de la misma”.
Decisión en capítulo
De la misma manera, el abogado aclara que la inversión en oro realizada en su momento la realizó el Monasterio de Santa Clara de Belorado como asociación, una decisión que se habría tomado en el capítulo conventual y que estaría registrada en “los libros de contabilidad” de la comunidad y supervisada por el visitador de la Archidiócesis de Burgos.
A la par, también corrobora que se liquidó esa inversión en oro “cumpliendo también todos los requisitos legales”. Eso sí, precisa que “no pudo hacerse en nombre de la entidad”, tal vez, por la intervención vaticana que ha convertido al arzobispo de Burgos en administrador. Es por ello que lo formalizó la ex abadesa, de nombre civil Laura García de Viedma, “actuando como fiduciaria por cuenta de la entidad, algo lícito en el Derecho civil español”. “Pero toda la comunidad es consciente de que la única titular real es la entidad”, detalla el abobado en el comunicado.
En el escrito también se explicita que el dinero invertido en oro “procede de los recursos económicos de la entidad obtenidos de la explotación de sus bienes, de las actividades industriales de fabricación y venta de dulces desarrolladas, de donaciones de terceros, etcétera”.