La Conferencia de Obispos Católicos de los Estados Unidos (USCCB, por sus siglas en inglés) expresó su respaldo a la reciente orden ejecutiva del presidente Donald Trump que restablece políticas destinadas a frenar el financiamiento federal de actividades relacionadas con el aborto. La medida, firmada por Trump tan solo cuatro días después de asumir la presidencia, busca evitar que los contribuyentes estadounidenses financien directa o indirectamente el aborto, tanto dentro del país como en el extranjero.
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El obispo de Toledo, Daniel E. Thomas, presidente del Comité de Actividades Pro-Vida de la USCCB, calificó la decisión como “un paso significativo hacia la restauración de una cultura de vida”. En un comunicado emitido por la USCCB, Thomas destacó que la orden ejecutiva revoca políticas de la administración anterior y restaura la llamada ‘Política de la Ciudad de México’, implementada por primera vez en 1984 y ampliada en 2019 bajo el nombre de Política de Protección de la Vida en la Asistencia Sanitaria Global (PLGHA).
“La mayoría de los estadounidenses no desea que sus impuestos sean utilizados para financiar el aborto. Aplaudimos las acciones que refuerzan el derecho a la vida y protegen a los contribuyentes de participar involuntariamente en una ‘cultura de muerte'”, afirmó el obispo.
Rechazo al financiamiento de abortos en el extranjero
La ‘Política de la Ciudad de México‘, restaurada y fortalecida por esta orden ejecutiva, prohíbe que organizaciones extranjeras que promuevan o realicen abortos reciban fondos estadounidenses. Según la USCCB, esta política es coherente con los valores pro-vida de gran parte de la sociedad estadounidense.
De acuerdo con lo citado por los obispos, una reciente encuesta marista encontró que el 57 % de los encuestados se opone al financiamiento del aborto con impuestos, mientras que el 73 % rechaza el uso de fondos públicos para abortos realizados en el extranjero.
Liderazgo global pro-vida
Además de reinstaurar esta política, el gobierno de Trump anunció la reincorporación de Estados Unidos a la Declaración de Consenso de Ginebra, un documento internacional que promueve la salud de las mujeres, el derecho a la vida y el fortalecimiento de la familia.
Para el obispo Thomas, este acto reafirma el liderazgo estadounidense en la defensa de los valores pro-vida en el ámbito global. “Es alentador ver a nuestro país tomar una posición firme en favor del derecho a la vida y del papel fundamental de la familia en el escenario internacional”, expresó.
Derechos y responsabilidad en la lucha pro-vida
En su comunicado, la USCCB también hizo énfasis en el derecho de los estadounidenses pro-vida a manifestarse pacíficamente, rezar en público y brindar asesoramiento a mujeres que consideran el aborto. Los obispos rechazaron categóricamente cualquier forma de violencia o coacción en estas actividades.
“Celebramos las acciones de quienes defienden la vida con respeto y compasión. Estas medidas nos acercan más a una sociedad que valora a cada persona desde el momento de la concepción hasta la muerte natural”, concluyó el obispo Thomas.