El papa Francisco ha afirmado recientemente que el sacramento del bautismo “no se puede imponer a los padres que no lo quieren para sus hijos”. Lo hizo en una carta enviada a una abuela de Bérgamo que le expresó su dolor por el hecho de que su nieta de cinco años no esté bautizada. La pequeña no había recibido el sacramento debido a que sus padres, quienes se alejaron de la fe durante su adolescencia, no desean incorporar a su hija a la vida cristiana.
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En su respuesta, publicada en la revista del Vaticano, ‘Piazza San Pietro’, el Papa realizó una reflexión profunda sobre el bautismo y la libertad de los padres. “Ustedes, abuelos, sin embargo, con su ejemplo, pueden abrir muchos corazones que parecen cerrados”, escribió el Pontífice, reconociendo el sufrimiento de la abuela y la complejidad de la situación.
Cercanía y comprensión
En su respuesta, Francisco expresó su cercanía y comprensión: “Estoy cerca de vosotros. El Bautismo es un gran don que podemos dar a los más pequeños, porque es el primero de los sacramentos. Yo mismo he bautizado a muchos niños a lo largo de los años en San Pedro, en hospitales, y siempre es una gran alegría”, escribió el Santo Padre.
Sin embargo, Francisco también subrayó que, aunque el Bautismo es un regalo invaluable, no se debe forzar a los padres a bautizar a sus hijos si no lo desean. “Si los padres se han alejado de la fe, no hay que perder la confianza. La oración puede hacer mucho. Hace milagros. Recen con más fe. Piensen en Santa Mónica y en sus incesantes oraciones por la conversión de su hijo Agustín, que más tarde llegó a ser un santo obispo”, añadió el Papa, alentando a la abuela a no perder la esperanza.
Oración y amor desinteresado
El Pontífice reflexionó sobre la importancia de la oración, el amor desinteresado y la perseverancia. “El amor crea lazos fuertes que pueden ser sorprendentes. Algunos piensan: ‘¿pero por qué bautizar a un niño que no entiende?’. Cuando sea adulto, será él quien decida”. El Papa destacó la importancia de no postponer que, al bautizar a un niño, se permite que el Espíritu Santo entre en él y lo guíe a lo largo de su vida. “El Espíritu Santo hace crecer en ese niño, como niño, las virtudes cristianas, que luego florecerán”.
Acompañamiento sin imposiciones
Por último, Francisco aconsejó a la abuela que acompañara a los padres con paciencia y amor, sin presionarles para que bauticen a la niña. “Acompañen a sus hijos, hablen con ellos, pero sin insistir con la propuesta del Bautismo. El amor gratuito es más persuasivo que muchas palabras”, concluyó el Papa.