El arzobispo porteño, Jorge García Cuerva, en la homilía de la Fiesta de San Cayetano, patrono del Pan y del Trabajo, se refirió al lema elegido para celebrar su Fiesta este año, y reconoció que se trata de un amigo del pueblo, un pueblo que en sus entrañas encierra una profunda fe y que le pide a su amigo un corazón más solidario.
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Aseguró que San Cayetano es un amigo que quiere que se viva dignamente con un trabajo para ganarse el pan y para el crecimiento personal y comunitario, una educación de calidad que le brinde a la persona la libertad de pensar y decidir, sin presiones ni condicionamientos. A este amigo, nos hace bien visitarlo y dejar en sus manos la vida, compartiendo alegrías y tristezas.
Señaló que San Cayetano quiere gratuitamente como Dios, sin pedir nada a cambio. Le importa nuestras vidas, y clama al Cielo con nosotros por mejores condiciones de vida para todos; porque desde hace años nuestra Patria está herida, despojada de casi todo, media muerta…”
Mencionó, con respecto al Evangelio del día referido al hombre que en Jericó cayó en manos de ladrones que lo despojaron y lo lastimaron. que el cardenal Bergoglio, en el Tedeum de 2003, se refirió a este relato y expresó: “A los salteadores los conocemos. Hemos visto avanzar en nuestra Patria las densas sombras del abandono, de la violencia utilizada para mezquinos intereses de poder y división, y la ambición de la función pública buscada como botín”.
Agregó, entonces, que el hombre que cayó en manos de unos ladrones; hoy son manos manchadas de sangre por el narcotráfico que roba el futuro de generaciones; manos sucias por la corrupción y la coima que roban oportunidades, y manos egoístas e indiferentes que roban solidaridad.
Fraternidad y compromiso
Sin embargo, García Cuerva destacó que no quiere quedarse reflexionando sobre los ladrones de la esperanza y la dignidad ni profetas de calamidades y tragedias. Este 7 de agosto llegan a San Cayetano peticiones y y agradecimientos, y le piden un corazón más solidario, porque experimentaron que cuando la sociedad se fractura y agrieta, son los esfuerzos solidarios los que vuelven a tejer fraternidad y compromiso.
Sobre todo remarcó no pasar de largo frente a tantos heridos, con rostros concretos, víctimas de la exclusión. Porque detalló que hay maneras de pasar de largo: vivir ensimismados, desentenderse de los demás, ser indiferentes, o discutir en escritorios cifras de pobreza y de indigencia, esterilizadas de lágrimas y humanidad.
Para San Cayetano, cada uno de los peregrinos es reconocido, escuchado, tenido en cuenta, llamado por su nombre. Un amigo no pasa de largo, ni lo mira desde lejos; es un tema de estar cerca de la gente sencilla de a pie. En palabras del Papa en Fratelli Tutti: “Lo verdaderamente popular, porque promueve el bien del pueblo, es asegurar a todos, la posibilidad de hacer brotar las semillas que Dios ha puesto en cada uno, sus capacidades, su iniciativa, sus fuerzas… El gran objetivo debería ser siempre permitirles una vida digna a través del trabajo”.
Pidió ser buenos samaritanos que curan heridas, y aunque golpeados, seguir creyendo que el amor al prójimo y la amistad social son posibles y que vale la pena ser buenos y honestos.
Heridos de la vida
El arzobispo porteño destacó que el santuario de San Cayetano es como aquella posada del Evangelio: recibe a los heridos de la vida, a los golpeados en su dignidad por la falta de trabajo y por una miseria lacerante y creciente, a los que están profundamente angustiados y solos, recibe a nuestros jóvenes, y también a los abuelos.
Espera que el mismo país sea una verdadera posada para todos, sin excluir a nadie. Mencionó, especialmente, la compañía cercana hacia los hermanos venezolanos, la comunidad inmigrante más numerosa en la ciudad de Buenos Aires, a quienes hospedan con el afecto, la cercanía y la oración.
“Que ese modo de ser se nos haga costumbre: que desde el corazón todos seamos hospederos de la vida de los otros; todos hermanos, amigos de San Cayetano, que hoy más que nunca, nos anima a la solidaridad con los más pobres y pide con nosotros paz, pan y trabajo”, exhortó.