La Flaka: “Quizás hubiese sido la monja del coro”

La cantante sevillana La Flaka

Saltó a la fama tras participar en ‘La Voz’, el ‘talent show’ en el que hizo llorar a Alejandro Sanz. Aunque por ese tiempo, La Flaka, el nombre artístico de Jéssica Cánovas, llevaba más de una década en el mundo de la música. De pequeña cantaba en los tablaos de los barrios de Triana y La Macarena de Sevilla. Actualmente combina los escenarios con su rol como empresaria en la academia de baile que mantiene junto a su marido, el conocido rapero Junior Mínguez, que se dio a conocer en ‘Upa Dance’ y que puso música a la intro de ‘Aquí no hay quien viva’.



PREGUNTA.- La Flaka Tour 2023. ¿Qué verá su público?

RESPUESTA.- Mi público verá a una ‘Flakita’, ya no tan ‘Flaka’, pero con las mismas ganas de darlo todo.

P.- ¿Qué supuso para usted ‘La Voz’?

R.- La verdad que llevo muchos años cantando de aquí pa’ ya, no solo por Sevilla, Andalucía me la conozco bien, pero ‘La Voz’ me dio a conocer más p’arriba de Despeñaperros. Fue una experiencia muy enriquecedora para mí. (…)

Triana y La Macarena

P.- De pequeña cantaba en los tablaos de los barrios de Triana y La Macarena de Sevilla. ¿Cómo lo recuerda?

R.- Recuerdo mis principios con mucha ilusión. Mi padre macareno, mi madre trianera, para mí cantar en mis dos barrios era muy emotivo.

P.- También combina los escenarios con la academia de baile que mantiene junto a su marido…

R.- Ahí es cuando me sale la vena artística. Siempre me ha gustado mucho lo urbano y en la academia soy La Niña ‘raperosa’, un término que utilizo en mi propio diccionario: rapera y flamenca. Empezamos después del confinamiento. Mi Junior siempre quiso tener una academia y a mí me tocas las palmas y te bailo, así que nos tiramos a la piscina con la gran suerte de que salimos nadando. Llevamos dos añitos abiertos y estamos muy felices.

Muy de fe

P.- De pequeña no sabía si ser monja o cantante. ¿Es una mujer de fe?

R.- Cuando era pequeña estudiaba en el colegio Cristo Rey en Triana, un colegio muy bonito y del que tengo recuerdos súper. Las monjas me trataban muy bien, siempre me daban cariño, tranquilidad, siempre estaban ayudando a todos… me gustaban tanto sus vidas hasta el hecho de querer ser monja. ¡Quizás hubiese sido la monja del coro! Lo que sigue siento cierto es que soy muy de fe. (…)

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