Manos Unidas denuncia que 825 millones de personas sufren hambre en el Día Internacional de la Seguridad Alimentaria

La ONG católica advierte que si la cifra sigue creciendo podría alcanzar los 1.000 millones en 2030

“Si queremos acabar con el hambre, es urgente, entre otras cosas, reducir la pérdida y el desperdicio de alimentos”. Este es el grito de urgencia de Manos Unidas este 7 de junio, marcado por las Naciones Unidas como el Día Internacional de la Seguridad Alimentaria. Y que, según los datos de la ONU, “ya son 828 millones de personas las que no pueden alimentarse dignamente (el equivalente al 9,8 % de la población mundial). A partir de los datos, señala María José Hernando, del departamento de Estudios de Manos Unidas, que “si esta cifra sigue aumentando, las personas que sufrirán hambre en 2030 podrían alcanzar los 1.000 millones”.



Un derecho humano

Para Hernando, “cuando no hay seguridad alimentaria se está vulnerando el derecho humano a la alimentación, pero también, cuando no hay soberanía alimentaria; es decir, cuando las personas y las comunidades no pueden decidir qué cultivar, qué comprar o qué comer por imposiciones del mercado o por la falta de recursos”. “La pobre nutrición causa cerca de la mitad de las muertes en los niños menores de 5 años – 3.1 mil niños cada año. Y en torno al 50 % de las personas que pasan hambre en el mundo son de familias agricultoras que viven en zonas rurales y trabajan la tierra”, apunta Hernando.

A esto se suma la cuestión del desperdicio alimentario. Fidèle Podga, del departamento de Estudios de la Manos Unidas, denuncia que “a nivel global, cerca del 14 % de los alimentos producidos se pierden entre la cosecha y la venta minorista por la falta de demanda en los mercados o la imposibilidad de vender localmente –lo que hace que los propios agricultores pierdan la producción–, por la incapacidad para conservar o transformar en el mismo ámbito rural los alimentos producidos y por pérdidas en el transporte”. Además, “aproximadamente el 17 % de la producción total de alimentos se desperdicia o se tira a la basura sin consumir (11 % en los hogares, 5 % en la restauración y 2 % en el comercio al por menor). Los alimentos que se pierden y desperdician representan el 38 % del uso total de energía en el sistema alimentario mundial”.

Para Marco Gordillo, coordinador del departamento de Campañas de Manos Unidas, “la pérdida y el desperdicio alimentario sigue siendo uno de los factores más escandalosos con el que nos encontramos cuando trabajamos por el derecho a la alimentación de todas las personas”. Por ello, Manos Unidas mantiene un compromiso por garantizar el derecho a la alimentación y por ello en 2022 se aprobaron 110 proyectos de seguridad alimentaria y acceso a medios de vida destinados a garantizar el derecho a la alimentación para poder hacer frente a las necesidades diarias de las personas apoyadas. También en España se sensibiliza por una participación responsable de la sociedad en las iniciativas que permiten construir justicia y solidaridad.

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