Para la Iglesia argentina el turismo está obligado a reinventarse

La pastoral del turismo destacó esta noble actividad, pero reconocen en ella acciones contrarias a la dignidad humana: esclavitud o tráfico de personas

La Comisión Episcopal de Migrantes e Itinerantes de la Conferencia Episcopal Argentina envió un mensaje por el Día Mundial de Turismo y alentaron a promover la consigna de este año: “Repensar el turismo con ojos de esperanza”.



La pastoral del turismo en la Argentina trabaja en la coordinación con las delegaciones diocesanas en la tarea de promoción del turismo religioso y del turismo sustentable y solidario.

Señalaron que, a nivel mundial, la situación en la que está el turismo establece un momento privilegiado para reflexionar sobre los valores y los fundamentos éticos de esta actividad humana que corre el riesgo de ser considerada solamente por su aspecto geopolítico y económico.

Los obispos también indicaron que el Código Ético Mundial para el Turismo describe esta actividad como una “fuerza vital al servicio de la paz y factor de amistad y entendimiento entre los pueblos del mundo”, “factor de desarrollo sostenible”, “significa utilizar el patrimonio cultural de la humanidad para contribuir a su enriquecimiento”.

Sin embargo, asumen que existen otras actividades que niegan el lado positivo del turismo, como por ejemplo el tráfico de personas y las nuevas formas de esclavitud.

Convivencia entre los diferentes

Los miembros de la Comisión Episcopal subrayaron que el turismo es una verdadera “industria de paz”, porque permite el contacto y la convivencia entre personas de distintas culturas, religiones, etnias y condiciones, el conocimiento del otro y de lo diferente. “Estos factores reducen y, en ocasiones incluso, eliminan la discriminación o el rechazo de lo que es diferente de nosotros”, expresaron.

Creen que el sector turístico para responder a los desafíos actuales debe reinventarse o repensarse, lo que se traduce en implicar a los más pobres y vulnerables en la acogida y en la integración social y laboral, “en un espíritu de solidaridad y protagonismo“.

Destacaron como positiva la renovada atención al factor religioso como motor y motivación de esta actividad que enriquece el propio patrimonio cultural. Desde su opinión, los turistas son buscadores del rostro de Dios que necesitan experimentar apertura a la dimensión sobrenatural.

Finalmente, los obispos consideran necesario poner en práctica una nueva pastoral que se preocupe, tanto de los peregrinos como de los turistas, con el objetivo de centrar su acción en el cuidado integral de las personas.

En el Día Mundial del Turismo pidieron a la Virgen del Valle, Patrona Nacional del Turismo, que los acompañe siempre en este camino.

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