¿Tiene futuro la Iglesia católica? Sacerdote mexicano responde en su nuevo libro

Vida Nueva habla con el vicario general de la arquidiócesis de Monterrey, José Francisco Gómez, quien asegura que el futuro de la Iglesia católica está en el regreso a sus orígenes

hombre en parroquia

El sacerdote mexicano José Francisco Gómez Hinojosa, vicario general de la arquidiócesis de Monterrey, asegura que el futuro de la Iglesia católica está en el regreso a sus orígenes: Jesús de Nazaret, así como en “evitar el retorno a actividades, prácticas, doctrinas, actitudes, esquemas, estructuras e instituciones que, precisamente, han afectado su presente y que ponen en grave riesgo su futuro”.



Vida Nueva platicó con el sacerdote regiomontano, quien recientemente publicó su libro: ‘¿Tiene futuro la Iglesia Católica? Su actuación ante la situación actual’ de editorial PPC. Él asegura que esta obra ” puede servir para hacer un buen examen de conciencia y, desde abajo -sin esperar a que el Papa lo haga, porque no lo dejan-, intentar los cambios que le permitan a nuestra Iglesia católica recuperar su carisma original“.

Asimismo, consideró que el libro es útil tanto para platicar en familia, como en “los grupos de Jesús, en las comunidades parroquiales”, sobre el papel que la Iglesia católica jugó en su atención a la pandemia, y cómo podría ella enfrentar su futuro, de acuerdo al seguimiento de Jesús.

Un distanciamiento en especial de los millennials

PREGUNTA.- ¿Cómo decidió el título del libro; será que en algún momento se cuestionó la posibilidad de que la Iglesia católica pudiera no tener futuro?

RESPUESTA.- Allá por los 90’s del siglo pasado me pregunté en tres ensayos por el futuro del capitalismo, del socialismo y de la postmodernidad, sistemas económico-político-sociales que atravesaban por una fuerte crisis. Pensé, ya a inicios del 2020, que algo semejante vivíamos en la Iglesia católica, con un gran distanciamiento de sus miembros, en especial de los jóvenes millennials, quienes no encontraban en su mensaje las respuestas a las preguntas que se plantean a diario.

Ya desde fuera de ella, con un opinión pública indignada por los escándalos que se sucedían semana a semana, y cuyos protagonistas eran clérigos encumbrados en el escalafón eclesiástico; ya desde dentro, con un Francisco de Roma empeñado en renovarla, y enfrentando una terrible oposición, sobre todo de la Curia Vaticana, lo cierto es que -me pareció- valía la pena una reflexión semejante a la que había hecho casi 30 años atrás.

¿Una Iglesia Católica capaz de salir fortalecida?

P.- ¿A quién va dirigido el libro y cómo está estructurado?

R.- A cualquier persona, católica o no, que le interese el futuro de la Iglesia Católica, y que quiera penetrar, al menos un poco, en la vida de Jesús de Nazaret.

A lo largo de todo el libro me planteo tres preguntas: ¿Cuáles fueron los temas doctrinales que más se predicaron durante la contingencia? ¿Y los que predicó Jesús?; ¿Y las acciones caritativas en beneficio de los enfermos y de los fieles en general? ¿Y las que hizo Jesús?, y ¿De qué manera se celebró la fe? ¿Y Jesús, cómo la celebró?

En las respuestas iremos intercalando el proceso que llevaba la Iglesia católica, antes del surgimiento de la pandemia, en la atención a estos tres aspectos fundamentales de su evangelización: una fe que se predica en la pastoral catequética, que se vive en la pastoral social y que se celebra en la pastoral litúrgica, con su actuación una vez que surgió la contingencia, en la primera parte del ensayo. En la segunda responderemos las mismas preguntas, pero de acuerdo a las palabras y hechos de Jesús. Los tres temas los abordaremos desde la metodología ‘Ver – Juzgar – Actuar’.

P.- ¿Considera usted, con base en lo escrito en su libro, que la situación de la pandemia ayudó de alguna manera a la Iglesia católica o la hizo madurar en algún sentido?

R.- Eso está por verse, y en ocasiones soy un poco pesimista. El coronavirus vino a agravar una crisis que ya se veía por el paulatino alejamiento de los fieles, y no siempre se dio una respuesta adecuada a ello. Sí, hubo muchas luces, pero creo que más sombras. Sólo el futuro nos dirá si la Iglesia Católica fue capaz de salir fortalecida de la contingencia o si, por el contrario, regresó a esquemas y actitudes que le dan mucha seguridad, pero que le impiden cumplir con su misión a cabalidad.

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