Argentina: masiva peregrinación de los jóvenes a la Virgen de Itatí

En un manifiesto, se comprometieron con su realidad social y reclamaron protagonismo y lugar en la Iglesia de este tiempo

Este fin de semana, más de 300 mil jóvenes del noreste argentino (NEA) peregrinaron al Santuario de la Virgen de Itatí, convocados bajo el lema: “Junto a María, nos volvemos a encontrar como Iglesia sinodal”.



Los representantes juveniles de las distintas diócesis se volvieron a congregar presencialmente después de dos años, y aprovecharon la ocasión para hacer oír su voz, manifestando preocupaciones, expectativas y compromiso con la realidad que les toca vivir en esa región del país.

Durante esta 43° peregrinación al santuario mariano, los jóvenes de las arquidiócesis de Resistencia y Corrientes, y de las diócesis de Formosa, Reconquista, Posadas, Roque Sáenz Peña, Puerto Iguazú, Santo Tomé y Oberá, leyeron y dejaron a los pies de la Virgen, un manifiesto de carácter social y eclesial.

La mochila de la realidad

En este encuentro con la Madre de Itatí, los peregrinos llegaron a la casa de María y expresaron su alegría por el encuentro: “Sentimos un gran gozo en el corazón porque después de dos largos años de espera y desconcierto, podemos cobijarnos nuevamente bajo tu preciosísimo manto”.

Expresaron que este tiempo dejó muchas heridas en la sociedad, especialmente en los jóvenes, y que en sus mochilas cargan con los recuerdos de muchos que ya no están, “de los jóvenes que están paralizados por el miedo, las adicciones, la violencia, el abandono, la desigualdad social, la crisis económica y política, las desilusiones y desesperanzas, que no les permiten mirar al futuro con confianza”. Sin embargo, señalaron que están cargados de esperanza, convencidos que no hay mejor lugar que la protección de los brazos de la Madre.

Expusieron que en la etapa preparatoria para el Sínodo, no sólo escucharon la realidad regional, sino que clamaron por un lugar en la Iglesia; que sus opiniones sean tenidas en cuenta en la toma de decisiones. Reclamaron acompañamiento en la búsqueda vocaciones. “Queremos laicos, religiosos, sacerdotes y obispos dispuestos a caminar con nosotros, a guiarnos y acompañarnos en este proceso, asumiendo la responsabilidad de asesorar la pastoral de juventud para poder formarnos y sostener el camino de fe de los jóvenes de forma decidida, coherente y responsable”, dijeron.

Abrazar la sinodalidad

“Los jóvenes del NEA comprendemos y abrazamos naturalmente la sinodalidad“, señalaron los peregrinos, y agregaron que son los protagonistas de este tiempo y asumen el presente de la Iglesia.

Luego, después de manifestar que ven este tiempo con esperanza y alegría, señalaron algunas precisiones:

  • quieren caminar juntos, crear puentes y encarnar las soluciones propuestas por la región;
  • quieren crecer en compasión y comprensión;
  • quieren construir una Iglesia que viva en comunión, aceptar defectos y virtudes; abrazar lo que aman y sanar lo que duele;
  • quieren escuchar para discernir y descubrir el plan de Dios, a nivel personal y comunitario, y el llamado a ser discípulos misioneros;
  • quieren poner sus talentos al servicio del Pueblo de Dios con alegría;
  • quieren escuchar y aprender de los adultos, defender y cuidar a los hermanos más vulnerables;
  • quieren comprometerse con la sociedad y la política, como los apóstoles, para llevar luz a los sectores más oscuros, y luchar con los valores cristianos;
  • quieren llevar a Jesús con valentía y respeto. Quieren dar la vida y ser felices.

Dirigiéndose a la Madre, se declararon jóvenes soñadores “de un sueño está fundado en la esperanza cristiana que nos alienta a seguir luchando, soñando y navegando contra corriente”.

Pidieron al Señor la gracia para hacer realidad todo lo que anhelan. Asimismo, hablaron de la necesidad de El para vivir en comunión, para encontrar la fortaleza, porque sin el Señor nada pueden, “¡Porque sabemos que solo con tu presencia somos capaces de cosas grandes!”.

Finalmente, ante la tierna mirada de María, claman a Jesús “que es el camino la verdad y la vida ponemos nuestra esperanza y nuestra juventud con el anhelo de volvernos a encontrar como Iglesia sinodal”.

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