El Papa afirma en la audiencia general que Dios “trabaja a través de los eventos no programables”

En una catequesis centrada en la figura de San Ignacio de Loyola como ejemplo de discernimiento, Francisco afirma que para tomar “buenas decisiones hay que escuchar al corazón”

Continuando con su ciclo de catequesis sobre el discernimiento, el papa Francisco centró su alocución en la audiencia general de este miércoles, celebrada en la plaza de San Pedro del Vaticano, en la figura de San Ignacio de Loyola. El fundador de la Compañía de Jesús, la congregación religiosa a la que también pertenece Jorge Mario Bergoglio, quedó fascinado por la lectura de las vidas de los santos tras quedar herido en Pamplona, aunque el mundo caballeresco seguía fascinándole.



“En esta experiencia podemos notar sobre todo dos aspectos. El primero es el tiempo: los pensamientos del mundo al principio son atractivos, pero después pierden brillo y dejan vacíos, descontentos. Los pensamientos de Dios, al contrario, suscitan al principio una cierta resistencia, pero cuando se les acoge traen una paz desconocida, que dura en el tiempo”, dijo el Pontífice durante la audiencia general, para destacar más adelante que el discernimiento “no es una especie de oráculo o de fatalismo, como echar a suertes dos posibilidades”.

Escuchar al corazón

Francisco puso como ejemplo a seguir a San Ignacio de Loyola, que hizo su primera experiencia de Dios escuchando a su corazón, por lo que percibió algo curioso: “Las cosas a primera vista atractivas lo dejan decepcionado y en otras, menos brillantes, siente una paz que dura en el tiempo”. Dirigiéndose a continuación a los fieles congregados en la plaza de San Pedro, les dijo que, hoy en día, todos “escuchamos la radio, la televisión y el móvil, pero ¿sabes escuchar a tu corazón?” Para tomar “buenas decisiones”, remarcó el Papa, “hay que escuchar al corazón”.

El célebre episodio que vivió el fundador de la Compañía de Jesús al no encontrar durante su convalecencia novelas caballerescas pero sí vidas de santos puede parecer un “banal contratiempo”, pero sin embargo encierra “un posible punto de inflexión”. Cuando Ignacio se dio cuenta de ello, le dedicó “toda su atención”, pues Dios “trabaja a través de los eventos no programables, y también en los contratiempos”. Por ello Francisco instó a los fieles a “estar atentos a las cosas inesperadas. Ahí te está hablando, la vida, Señor y el diablo. ¿Cómo reacciono a las cosas inesperadas?”

Parar la guerra

El discernimiento, señaló al final de su alocución, es “la ayuda para reconocer las señales con las cuales el Señor se hace encontrar en las situaciones imprevistas, incluso desagradables, como fue para Ignacio la herida en la pierna. De estas puede nacer un encuentro que cambia la vida, para siempre. El hilo conductor más bello son las cosas inesperadas”.

En sus saludos en las distintas lenguas antes de dar por concluida la audiencia general, Bergoglio recordó que mañana se celebra la fiesta de la Natividad de la Virgen María y expresó su cercanía a todas las madres, en especial a las que tienen hijos “que sufren, son marginados o están encarcelados”. También recordó a “la martirizada Ucrania” e hizo un nuevo llamamiento para que todas las personas sean “constructoras de paz”. “Hoy estamos viviendo una guerra mundial, parémonos por favor”, dijo finalmente.

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