El Papa señala en la audiencia general que “inteligencia, habilidad y voluntad” son claves para tomar buenas decisiones

Francisco comienza un nuevo ciclo de catequesis en el Aula Pablo VI dedicado al discernimiento, un “acto importante que concierne a todos, porque las elecciones son una parte esencial de la vida”

El papa Francisco dio comienzo este miércoles a un nuevo ciclo de catequesis, una vez concluido el de la vejez, dedicado al discernimiento, un “acto importante que concierne a todos, porque las elecciones son una parte esencial de la vida”. En la audiencia general que presidió en el Aula Pablo VI tras los dos días de reuniones en el Vaticano con los cardenales para analizar la reforma de la Curia romana, Jorge Mario Bergoglio habló de este “ejercicio de inteligencia, habilidad y voluntad” que supone saber hacer una buena elección. Es algo que afecta a todos “los adultos libres”, que aunque puedan pedir consejo, han de tomar sus propias decisiones.



“Dios nos ha creado libres”

El Evangelio, señaló el Pontífice, sugiere otro aspecto importante del discernimiento: “implica los afectos”. Cuando se toma la “decisión justa” siempre llega “una alegría” al final. “Por eso es tan importante saber discernir: las grandes elecciones pueden surgir de circunstancias que a primera vista parecen secundarias, pero que resultan ser decisivas”, dijo, remarcando que en una decisión “buena y justa” la “voluntad de Dios” se encuentra “con la nuestra”.

El discernimiento no resulta fácil porque “implica un esfuerzo” derivado de la propia condición de libertad. “Según la Biblia, no encontramos ante nosotros, ya empaquetada, la vida que hemos de vivir. Debemos decidir continuamente según la realidad que viene. Dios nos invita a evaluar y elegir: nos ha creado libres y quiere que ejerzamos nuestra libertad. Por lo tanto, discernir es un reto”, reconoció el Papa.

Paz para Irak

Ese esfuerzo supone que el discernimiento pueda resultar “agotador”, aunque sea “indispensable” para vivir. “Requiere que me conozca a mí mismo, que sepa lo que es bueno para mí aquí y ahora”, dijo Francisco, señalando más adelante que Dios “nos quiere hijos libres y no esclavos. Y el amor sólo puede vivirse en libertad. Para aprender a vivir hay que aprender a amar, y para ello es necesario discernir”.

En sus saludos en los distintos idiomas al final de la audiencia general, el Pontífice volvió a hablar de la Tercera Guerra Mundial que, en su opinión, se está librando en la actualidad y animó a rezar “en modo especial” por los ucranianos. También mostró su preocupación por las recientes revueltas violentas en Irak, pidiendo paz para la población de ese país, e instó a acabar con los “abusos y destrucción” del medio ambiente.

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