El cardenal eslovaco Jozef Tomko, quien, a sus 98 años era el purpurado más anciano del colegio cardenalicio, ha fallecido la mañana de este 8 de agosto en Roma. Con su fallecimiento, el Colegio cardenalicio se compone ahora de 206 purpurados, de los cuales 116 son electores y 90 no electores. Ahora, el puesto de cardenal más anciano del mundo es de Alexandre do Nascimento, arzobispo emérito de Luanda (Angola), quien cumplió 97 años el 1 de marzo.
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Tal como relata Vatican News, Tomko fue ingresado en el Policlínico Gemelli el pasado 25 de junio a causa de una lesión en la vértebra cervical. Después de seis semanas en el hospital, el pasado sábado, 6 de agosto, fue trasladado a su apartamento de Roma, donde estaba al cuidado de un enfermero del Vaticano.
Tomko era prefecto emérito de la Congregación para la Evangelización de los Pueblos y del Comité Pontificio para los Congresos Eucarísticos Internacionales. El pasado 30 de abril, el papa Francisco le había saludado afectuosamente en el Aula Pablo VI con motivo del encuentro con los participantes de la peregrinación eslovaca: “Saludo cordialmente al cardenal Jozef Tomko, cuya presencia nos hace sentir que la Iglesia es una familia que sabe honrar la ancianidad como un don. Pero tengo una duda, ¡parece más joven que yo!”.
Entregado a su ministerio
Nació en Udavské, Eslovaquia el 11 de marzo de 1924. Estudió Teología en Bratislava y, tras trasladarse a Roma, en el Pontificio Ateneo Lateranense y en la Pontificia Universidad Gregoriana, donde obtuvo las licenciaturas en Teología, Derecho Canónico y Ciencias Sociales. Fue ordenado sacerdote el 12 de marzo de 1949.
En 1966 fue nombrado prefecto de la Oficina doctrinal en la Congregación para la Doctrina de la Fe, y elegido como uno de los secretarios especiales de la primera Asamblea Sinodal de 1967. En diciembre de 1974 fue nombrado subsecretario de la Congregación para los Obispos. El 12 de julio de 1979 fue nombrado secretario general del Sínodo de los Obispos y elegido arzobispo Titular de Doclea. Fue nombrado obispo por Juan Pablo II el 15 de septiembre de 1980.
Cinco años más tarde, el Papa le encomendaría la tarea de estar al frente de la Congregación para la Evangelización de los Pueblos con su nombramiento como pro-prefecto. En mayo del mismo año, el Papa lo creó cardenal con el Título de Santa Sabina.
