Francisco, rumbo a Canadá con doble tropiezo: los abusos a los indígenas y su rodilla

  • El Papa inicia una “peregrinación penitencial” para enmendar los errores de la Iglesia con los pueblos originarios con una readaptación de la agenda por sus dificultades de movilidad
  • Aunque accedió al avión en silla de ruedas, en el interior se desplazó caminando para saludar a los periodistas

Francisco vuela ahora mismo a Canadá, un destino que, como él mismo ha denominado, “una peregrinación penitencial”. No en vano, el origen del viaje es una petición de perdón en primera persona y de tú a tú a las comunidades indígenas del país, después de que quedara probado que durante los siglos XIX y XX miles de niños y jóvenes fueron víctimas de abusos de todo tipo en internados católicos. Según la Comisión de la Verdad y la Reconciliación, en 139 escuelas financiadas por el Gobierno y administradas la mayor parte por la Iglesia, unos  150.000 niños indígenas fueron arrebatados de sus familias, obligados a abandonar sus idiomas, tradiciones y cultura.



Una primera reacción errada tanto de los obispos canadienses como de la Santa Sede ante el escándalo que se expresaron con cierta tibieza provocó que el pontífice convocara a las comunidades originarias a unas jornadas de encuentro en Roma y se comprometiera a visitar el país. Ahora Francisco tiene previsto tener al menos cinco encuentros oficiales con diferentes colectivos indígenas.

Acceso en silla de ruedas

Con puntualidad, el avión de Ita Airways que traslada a la delegación papal despegó del aeropuerto de Fiumicino a las nueve de la mañana y llegará a Edmonton después de más de diez horas de viaje. El Papa ingresó en el aeroplano en silla de ruedas después de ser trasladado en un elevador, pero en el interior se desplazó caminando.

Se trata, por tanto, de un viaje complejo para Jorge Mario Bergoglio, que busca enmendar, no solo el daño causado durante tantas décadas, sino la revictimización posterior por la falta de diligencia eclesial. Este contexto ha cambiado en los dos últimos años, ya que la Conferencia Episcopal Canadiense ha puesto en marcha un programa de justicia restaurativa para los damnificados que pretende llegar a los 30 millones de dólares. De momento ya han conseguido recaudar más de cuatro millones, han puesto a la venta más de 40 inmuebles para hacer frente a estos pagos y las víctimas han comenzado a recibir las primeras indemnizaciones.

Suspender agenda

Este viaje también es una prueba de fuego para la maltrecha rodilla del pontífice que le ha llevado en los últimos meses a suspender actos de su agenda y a alternar el uso del bastón y de la silla de ruedas. Intentando evitar una operación para colocarle una prótesis, Francisco se somete a intensas sesiones de fisioterapias diarias.

Su lenta mejoría impidió que pudiera viajar a Congo y Sudán del Sur hace unas semanas, pero no ha frenado esta cita canadiense. Lo que sí ha disparado son los rumores de renuncia o de cansancio del pontificado que ha despejado en estas últimas semanas con un ramillete de entrevistas y con medidas contundentes que hablan de vitalidad en el ejercicio de autoridad como su toque de atención a los obispos alemanes, la nueva política de inversiones éticas del Vaticano o la reforma de la constitución del Opus Dei.

Precisamente la artritis de la rodilla ha obligado a readaptar la agenda en Canadá para que todos los actos presididos por Francisco no se extiendan más allá de una hora. Además, hoy a su llegada, está previsto que descanse toda la jornada después del único acto oficial del día: la bienvenida de la gobernadora general de Canadá, Mary Simon, la primera indígena en este cargo.

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