Alerta vaticana por la “deriva sectaria” en los conventos no federados

  • “Tenemos que decir claramente un no a monasterios aislados”, sentencia la Congregación para la Vida Consagrada con motivo de la Jornada Pro Orantibus de este 12 de junio
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La Santa Sede no se anda por las ramas con los conventos españoles. Es más, en Roma preocupa el devenir de la vida contemplativa, especialmente de la femenina, después de que se promulgaran la constitución apostólica Vultum Dei quarere y la instrucción aplicativa Cor orans, en las que Francisco se dirigía directamente a las consagradas para “renovar vuestra vida y vuestra misión en la Iglesia y en el mundo”.



Sin embargo, la acogida de estos documentos podría no estar siendo todo lo dócil que a priori se esperaría dentro del país que cuenta con el mayor número de comunidades del planeta, aproximadamente un 25 por ciento de los monasterios del orbe católico. Con la Memoria de Actividades 2020 de la Iglesia en la mano, nuestro país cuenta con 735 monasterios, a los que pertenecen un total de 8.436 monjas y monjes de clausura, frente a las 752 comunidades y 8.739 religiosos del año anterior, reflejo de un envejecimiento generalizado, salvo algunas islas como Iesu Communio y las Agustinas de la Conversión.

Desde esta perspectiva, se comprende el tono del mensaje vaticano que forma parte de los materiales que la Conferencia Episcopal Española ha preparado para la próxima jornada ‘Pro orantibus’, que se celebrará el próximo día 12 de junio bajo el lema ‘La vida contemplativa: lámparas en el camino sinodal’.

Y es que, además de invitar a los religiosos y religiosas a participar y hacer suyos los ejes del camino sinodal iniciado por Francisco bajo los términos comunión, participación y misión, el arzobispo secretario de la Congregación para los Institutos de Vida Consagrada y Sociedades Apostólica, José Rodríguez Carballo, lanza lo que podría verse a la vez como una alerta y una exigencia, para aplicar la hoja de ruta bergogliana para esta realidad eclesial: “Tenemos que decir claramente un no a monasterios aislados y, por lo mismo, a monasterios que no formen parte de una estructura de comunión: federación, asociación, congregación monástica”.

Colaboración

“Además de las federaciones o de las congregaciones monásticas, se debe favorecer las ‘confederaciones’ y toda clase de colaboración, manteniendo la fidelidad al estilo propio de cada Orden y a las exigencias de la vida contemplativa”, expone abiertamente Rodríguez Carballo, que sabe de las resistencias que se está dando a este mandato pontificio, en algunas comunidades, como el carmelo descalzo vinculado al estilo de la madre Maravillas, aunque no solo.

Es más, el arzobispo advierte de que “encerrarse en el propio monasterio, por temor a ‘contagiarse’, podría conducir a la ‘deriva sectaria’ que tanto daño hace a la vida de la Iglesia y a la vida consagrada”. Así, explica que “la estructura sui iuris –la autonomía real que Cor orans reconoce para cada abadía– nunca se puede vivir como si de independencia se tratara”.

Por ello, llama a “mantener relaciones fraternas y de colaboración con los otros monasterios, particularmente si son de la misma Orden”. Y no le basta con un toque de atención, el secretario responsable de los religiosos del planeta recalca que “no se puede confundir, como a veces se da, la soledad, uno de los elementos de la vida contemplativa, con el aislamiento”, insiste.

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